Alvaro Cepeda NeriPrólogo Político
I.- “Por consiguiente, todo aquello que es consustancial a un tiempo de guerra durante el cual cada hombre es enemigo de los demás, es natural en el tiempo en que los hombres viven sin otra seguridad que la que su propia fuerza y su propia invención pueden proporcionarles. En una situación semejante no existe oportunidad para la industria, ya que su fruto es incierto; por consiguiente no hay cultivo de la tierra, navegación, ni uso de los artículos que pueden ser importados por mar, ni construcciones confortables, ni instrumentos para mover y remover las cosas que requieren mucha fuerza, ni conocimiento de la faz de la tierra, ni cómputo del tiempo, ni artes, ni letras, ni sociedad; y lo que es peor de todo, existe continuo temor y peligro de muerte violenta; y la vida del hombre es solitaria, pobre, embrutecida y breve… Con todo es manifiesto que durante el tiempo en que los hombres viven sin un poder común que los atemorice a todos, se hallan en la condición o estado que se denomina guerra: una guerra tal que es la de todos contra todos… y causa la desconfianza para lograr la seguridad” (Thomas Hobbes: Leviatán; traducción de Manuel Sánchez Sarto; FCE).
II.- Es así que los mexicanos estamos, más o menos inmersos en “una guerra tal que es la de todos contra todos”, tal y como lo plantea Thomas Hobbes (1588-1679), en su clásico tratado político publicado en 1651. Este filósofo inglés nacido en Gran Bretaña, postuló el despotismo, o sea la autocracia como forma de gobierno que debería imponer la obediencia de los ciudadanos para mantener la paz social. Empero, la inseguridad hacía que tales ciudadanos formaran las autodefensas y así se iban encadenando tales acciones, hasta llegar a la “guerra de todos contra todos”. Esto es lo que ha estado pasando desde hace tiempo en nuestro país ante el terror que imponen las violencias generadas por las delincuencias, el desempleo, la centralización del poder del Estado en lo que se ha convertido en la nefasta tradición de un partido casi único, encabezado durante muchos ayeres por el Partido Revolucionario Institucional, luego por el Partido Acción Nacional y ahora por Morena.
III.- De tal manera que sobrevivimos en una pavorosa y sangrienta inseguridad, donde los homicidios son el factor común del resto de los cientos de delitos que tienen lugar todos los días a lo largo de todo el país; repetimos, en “una guerra tal que es la de todos contra todos”. La actual militarización para combatir esa inseguridad no ha logrado siquiera disminuir a la cantidad de delincuentes; mucho menos de actos delictivos, empezando por el narcotráfico, el consumo nativo de drogas, la proliferación de armas de todo calibre y las ganancias por robos y asaltos que han multiplicado los sicarios contando entre ellos a las autodefensas. Por lo que los mexicanos estamos ante una situación de todos contra todos y al borde de más conflictos sangrientos donde matar es la consigna. Así que sobrevivimos en un terror sangriento; lo que hace que la grave inseguridad sea el problema prioritario a resolver.