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Opinión

Migración y crisis humana

Cristóbal León Campos

I

La migración refleja las carencias de los regímenes políticos y económicos, el desprecio a la vida marca la agenda imperial, las imágenes impactan a cualquier ser sensible y mínimamente consciente, el mundo se convulsiona, las diferentes rutas del éxodo humano tienen entre sus particularidades el común denominador el peligro y la muerte, el hambre, el racismo, las guerras, la violencia estructural, la marginación histórica; los proyectos neocoloniales y el neoliberalismo marcan las causas principales de una tragedia que en realidad es provocada y vuelta negocio, y los responsables son los poderes del orbe, ésos que ajenos a la necesidad social se encumbran con la soberbia del pedante ignorante para dividirse el mundo o para competir por poseerlo todo; el silencio se vuelve cómplice, ya sea de los gobiernos dependientes o ya sea de las sociedades y pueblos que observan sin emitir ninguna valoración, la crisis se agudiza entre la inhumana política del fetiche y la manipulación y la inoperante respuesta social que ponga fin a la destrucción de pueblos y culturas enteras.

II

Los datos son ejemplarmente claros: 1,600 niños muertos o desaparecidos entre 2014 y 2018 en su intento de llegar a un lugar donde puedan encontrar lo que carece en su natal tierra; las rutas migratorias del Mediterráneo central y occidental cobran la mayor cantidad de vidas, 32,000 migrantes muertos o desaparecidos según las cifras ofrecidas por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), sus estudios revelan que, infortunadamente, no sabemos con absoluta seguridad la cantidad real y, aún así, es más que alarmante lo que nos revelan. Muchas de estas migraciones y cifras son absolutamente silenciadas por los medios de comunicación masiva, sobre todo aquéllas referentes a los países europeos, a las causas de las oleadas de migrantes que parten desde el Medio Oriente y los países africanos, pretendiendo llegar a sitios donde rehacer la vida, pero el desprecio, el racismo, el poder inhumano, el capitalismo y su lógica de destrucción enfocan la mirada en sus intereses y niegan la crisis que vivimos. Para el caso de la migración latinoamericana a los Estados Unidos, es mucho más difundida por los medios de comunicación, aunque con una total manipulación, las cifras de la OIM revelan que por lo menos 1,907 personas fallecieron (al menos 26 niños) al intentar cruzar la frontera que divide a México y a los Estados Unidos. Datos que son suficientemente claros para entrever lo que realmente acontece.

III

Los centros de detención que el gobierno de Donald Trump ha implementado no son los únicos en el mundo, pero sí son otra muestra de la agudización de la crisis, la muerte de infantes separados de sus padres, su retención en jaulas vigiladas como a los peores criminales, tiene como trasfondo la desvaloración que se hace de la vida humana, lo mismo sucede con la muerte de migrantes en el desierto, por hambre o asesinados por los fanáticos neofascistas alentados por el racismo, así como aquéllos que son arrojados al mar en el Mediterráneo y dejados a su suerte. Nuestra historia es clara: los pueblos latinoamericanos han sido despreciados desde su surgimiento por el imperialismo estadounidense, aunque ahora algunos quieran hablar de nuevas relaciones, la verdad es que por más que se militarice la frontera, por más altos que se pongan los muros y por más leyes que se dicten, la migración seguirá creciendo conforme avance la crisis humana generada por el capitalismo, la sobre-explotación de la fuerza de trabajo junto a la destrucción de la riqueza natural arrojan a pueblos enteros al desplazamiento. La reconfiguración permanente que al interior de las sociedades se hace buscando otorgar facilidades a los depredadores seguirá provocando éxodos en todo el mundo, y no es casual que sean de África, Asia y América las migraciones más grandes, como tampoco los es que sean los Estados Unidos y los países europeos los que desprecien con mayor fuerza a esas migraciones, países dependientes y neocolonizados frente a los países imperialistas y neocolonizadores, y si bien las formas han cambiado con los siglos, el fin y la raíz se mantienen.

IV

La toma de conciencia de los países dependientes de cuáles son las razones y las causas de su situación, el despertar de la movilización internacional de trabajadores para hacer frente al desprecio humano que se dicta desde los poderes, la solidaridad internacional y la reorganización de las fuerzas de resistencia en cada país pero articuladas sin importar las fronteras, son tareas pendientes que urgen su atención ante la crisis agudizada. La propia humanidad es la única que puede salvarse, pugnar por un mundo donde la migración sea un derecho real y respetado y no una necesidad de vida es justo, aquéllos que tergiversan las voces críticas que se niegan a aceptar que las fronteras militarizadas son la solución sirven, quieran o no, a las fuerzas opresivas del poder, la ayuda al migrante es criminalizada encarcelando o asesinando a los activistas, la fuerza de los trabajadores migrantes aglutinada en conciencia habrá de despertar para invertir la lógica de los factores: el socialismo sigue siendo el proyecto a construir para liberarnos de todas las formas de opresión y poner fin a la crisis humana. Los oprimidos de hoy serán los libertadores del mañana.

Integrante del Colectivo Disyuntivas

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