Martí Batres
El pasado 17 de septiembre se realizó el Primer Informe de Labores de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum. El informe, ocurrido en un marco de estabilidad republicana notable, permitió escuchar los diferentes posicionamientos de los grupos parlamentarios y conocer de ella los avances logrados durante su gestión.
Desde mi punto de vista sobresalen siete grandes rubros:
En primer lugar destaca la lucha contra la corrupción. Esta se realiza no desde una óptica persecutoria, sino a partir de combatir los contratos onerosos para la administración pública y los intereses que han mermado las finanzas de la ciudad. Son notables los ahorros que el Gobierno de la Ciudad ha logrado en este terreno.
También son evidentes las medidas de austeridad tomadas. La eliminación de privilegios, la desaparición de los aparatos faraónicos y de los operativos costosos para el gobierno de la ciudad. Honestidad, combate a la corrupción y austeridad republicana son parte de los elementos predominantes en el primer balance de gestión.
En segundo lugar, es importante la reorientación de la política social. La administración actual ha retomado el enfoque de derechos en la política social que se ha buscado. Es importante que se abandona la tónica de crear múltiples y pequeños programas sociales focalizados para pequeños grupos y se retome la visión de grandes políticas sociales universales, abarcadoras, permanentes, garantizadas por la ley.
En tercer lugar, es importante la política de movilidad y transporte. Al respecto, comenzaron a darse los pasos para la implementación de la primera línea del cablebús en la zona de Cuautepec, alcaldía de Gustavo A. Madero, que es la zona de más bajos ingresos de la capital. Ese transporte permitirá el traslado de las personas que viven en las zonas altas de la ciudad que, por cierto, son las que sufren más de problemas de vialidad y son las de menos recursos.
Asimismo, en el caso del trolebús, se introducen unidades modernas aprovechando la infraestructura ya existente y la experiencia histórica de un siglo en transporte eléctrico de la ciudad. De igual forma, se recupera la línea pública de autobuses RTP, la cual había perdido cerca de mil unidades y ahora comienza nuevamente a dar servicio para llegar a las zonas más pobres de la Ciudad de México. En el mismo rubro de movilidad tenemos los biciestacionamientos, que permiten seguir impulsando formas novedosas de movilidad.
En cuarto lugar, hay que señalar que la ciudad recupera las libertades políticas. En la parte final del pasado sexenio se incrementó de manera muy alarmante la violencia política en diversos gobiernos delegacionales de la Ciudad de México que contaban ya con grupos de choque especializados para inhibir la participación de la ciudadanía. Esto se acabó.
En quinto lugar, es importante mencionar la decisión de poner orden en el desastre inmobiliario de la ciudad, pues ya habíamos llegado a una situación de violación sistemática de las normas relativas a las de construcciones y a los grandes desarrollos inmobiliarios, o de los llamados megaproyectos. No se trata de que la ciudad deje de crecer, pero sí debe hacerlo en orden.
En sexto lugar, es importante reconocer la centralidad que se le ha dado al tema del agua por el Gobierno de la Ciudad. Así como hay un gabinete de seguridad que se reúne cotidianamente, hay un gabinete para abordar los temas del agua, un tema fundamental para la sustentabilidad y la viabilidad de largo plazo de la capital.
En séptimo lugar, el gobierno capitalino no sólo no ha subido impuestos, sino que desaparecieron las fotomultas que fueron sustituidas por las fotocívicas, de tal manera que se prioriza la cultura de la educación vial, por encima de la visión recaudatoria.
En estos siete rubros que menciono, encuentro los principales aciertos y logros del actual gobierno capitalino, como también hay que reconocer que falta mucho por lograr en materia de seguridad pública que sigue siendo una preocupación de los habitantes de nuestra gran Ciudad de México.