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Opinión

Esbozo para el análisis de una realidad extractivista

Todo análisis de la realidad se quedará corto si obviamos que vivir hoy en el territorio mexicano, después de más de 18 años de la violencia prianista, es caminar sobre una tierra sembrada de cadáveres en fosas clandestinas, a lo que hay que sumar la terrible cifra de mujeres asesinadas, sólo por el hecho de ser mujeres, por todo la geografía nacional, o los niños y niñas que son secuestrados todos los días para engrosar la lista de la deprecación sexual o para traficar cuerpos y órganos, de lo que no se habla pero que inunda los prostíbulos o los mercados negros de la hipócrita Europa o de nuestro criminal vecino imperial, que todo lo corrompe en defensa de un “estilo de vida” que se sustenta en una gran mentira y que, en aras de defender esa mentira, saquea y depreda con toda su violencia cualquier rincón del mundo que tenga la desgracia de ser rico en recursos naturales y pobre en la dignidad de sus gobiernos.

Más alarmante es ver cómo muchas de las oposiciones de ayer a los megaproyectos de muerte, son parte hoy del discurso desarrollista, otro de los muchos disfraces que la hidra capitalista usa, como si por cambiarles el nombre al saqueo, de neoliberales a progresista, la devastación, la explotación o la deprecación fueran menos graves.

Si el prianismo de ayer fue militarizando al país con su corrupta e ilegítima y falsa guerra contra las drogas, y de lo que da cuenta la detención de García Luna en Estados Unidos, con el cúmulo de violencia que hoy nos coloca en los primeros lugares en desaparición forzada, en ejecuciones extrajudiciales y feminicidios; y también entre los países más peligrosos para ejercer el periodismo crítico o la defensa del territorio y los derechos humanos, lo que no sólo no ha disminuido con la cuarta evangelización, sino al contrario aunque sea triste afirmarlo, se ha agudizado. No basta con decir que no se tolerará la corrupción para acabar con ella, menos aún cuando, entre otros presumibles corruptos, podemos encontrar a muy dudosos personajes como al pinochetista Romo, Durazo, Moctezuma, Ebrad, Bartlett, por nombrar sólo algunos de los más destacados salinistas, zedillistas, foxistas de la otrora corrupta mafia del poder que hoy llenan las oficinas del gabinete de la pretendida cuarta trasformación.

No es con la falta de pensamiento crítico, ni con el perdón evangélico como se logrará la justicia para todas las familias victimas de la violencia del criminal prianismo; menos aún con la militarización del Sureste de México, a través de la “nueva” Guardia Nacional a la cabeza de la imposición neoliberal del siniestro Plan Puebla Panamá (PPP), al que hoy llaman pomposa y majaderamente Tren Maya, ni destruyendo selva para sembrar los arbolitos de Romo, menos aún llenarla de maquiladoras de muerte con el Corredor Transístmico, que, en realidad, es el ya viejo sueño del imperialismo extractivista de mover sus fronteras, para controlar la migración y mover mercancías y recursos entre océanos.

Nada más peligroso, pues, que la renuncia al pensamiento crítico, cuando los fascismos religiosos y los fanatismos cómplices se van apoderando de la vida sociocultural de una nación, nada más peligroso que la desarticulación o degradación de las resistencias anticapitalistas ante los avances de los fascismos extractivistas que anuncian su bélica intención de incendiar todo el planeta.

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Celia Sánchez Manduley