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Tras cuatro décadas de luchas populares, llega a su fin la Constitución de Chile de 1980, nefasta herencia de la dictadura del general, Augusto Pinochet.
Con un 87% de los votos escrutados en el referendo efectuado el pasado domingo en Chile, la opción “Apruebo” el cambio de la Constitución, alcanzaba el 78.28% de los sufragios, mientras el “Rechazo” conseguía el 21,72%. La otra pregunta sobre qué órgano debe redactar el nuevo texto, un 79 % favoreció a la elección de la “convención constitucional”, paritaria e integrada solo por ciudadanos electos para ese fin.
Las 155 personas que integrarán la convención para redactar la nueva Constitución, serán elegidas por votación el 11 de abril del próximo año, con un margen de 9 meses prorrogables por tres meses más, para elaborar el texto de la nueva Carta Magna que será sometida a un referéndum con voto obligatorio en el segundo semestre del 2022, donde los ciudadanos decidirán si lo aprueban o rechazan.
En 1980 el dictador Pinochet impuso a los partidos tradicionales, la actual Constitución vigente donde con maquillaje democrático, se garantizaban los intereses clasistas de la oligarquía chilena y sus socios extranjeros, así como el carácter autoritario del gobierno y las reglas de privatización para instaurar el sistema económico neoliberal a cambio de una formal “apertura democrática”.
Sin embargo en octubre de 1988, la dictadura organizó un referendo para decidir si Pinochet seguía o no al frente del gobierno, hasta el 11 de marzo de 1997. El 54% dijo “NO” y el 43%, “SI”, lo que implicó la convocatoria para elecciones generales en 1989, que dio inició a la negociada “transición democrática” para poner fin a la dictadura militar, donde resultó electo presidente el democratacristiano, Patricio Aylwin. A pesar de que la Constitución de 1980, sufrió 23 reformas durante 4 gobiernos como consecuencia de las protestas populares, no se pudo eliminar la funesta sombra de la dictadura.
En noviembre de 2019, como consecuencia del estallido social que produjo 30 muertos, 3,649 heridos y más de 2 mil denuncias por violación de los derechos humanos, se llegó a un acuerdo entre el Gobierno y sectores de la oposición política, para mediante el referendo del domingo, consultar SI o NO, redactar una nueva Constitución así como elegir el organismo y la composición de los encargados de escribir el texto.
En la elección del domingo, más de 14,7 millones de chilenos fueron convocados a votar en medio de la pandemia del coronavirus, que en Chile ha dejado un saldo de 502,063 contagios y 13,944 fallecidos, enfrentando la contingencia sanitaria con cubrebocas y resguardos sanitarios para evitar contagios, en un proceso que transcurrió sin incidentes. Aunque el domingo en la noche no se conocían aún los resultados finales, trascendió que la participación popular (voluntaria), superaba altamente el porcentaje del 49,2%, cuando en 2017 fue electo el presidente, Sebastián Piñera.