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Opinión

Sinaloa, ¿primera llamada?

La semana antepasada un ataque cibernético estremeció los sitios web de Noroeste, Ríodoce, Revista Espejo, Línea Directa y Reacción informativa en el estado de Sinaloa. Y esta semana continuó, como lo denunció oportunamente Adrián López, director de Noroeste, lo que significó que el acceso se volvió más lento, por lo que se dificultó la labor informativa en un momento que están en puerta definiciones económicas y políticas. Y este tipo de ataque inusual, se replicó esta semana en Veracruz, lo que podría significar el principio de una estrategia sincronizada de intimidación contra el periodismo regional.

En Sinaloa no hay precedente de ataques simultáneos y eso plantea interrogantes, para empezar: ¿había interés en colapsar a los cinco o sólo algunos de ellos, pero el hacker tenía indicación de que lo hiciera así para que no resultara obvio? No hay manera de saberlo. Los únicos datos que podemos desprender del ataque es que el ordenante tiene suficiente dinero y un interés específico en lo que han publicado y publicarán en las próximas semanas y meses.

Así que conviene a efecto de este ejercicio de interpretación el contexto en que se llevaron a cabo estos ataques y que podría explicar lo inusual de ellos, ya que en Sinaloa han asesinado a periodistas, pero ahora por medio de este tipo de ataques buscan asesinar periódicos, callar voces. Pero, antes, ¿qué tienen en común un diario, un semanario, una revista, un programa de radio y una publicación digital?

Se podrá responder a bote pronto que los une la tarea de informar y crear lectores críticos, pero no es suficiente para tener una idea redonda, pues otros medios de comunicación hacen lo mismo y no fueron atacados, como es el caso del diario El Debate, que cuenta con el mayor tiraje estatal y ni siquiera tuvo un rozón en este ataque masivo. ¿Alguien podría explicar este ataque selectivo?

Ahora bien, si no está en su producto entonces podría estar en la cobertura y la línea editorial de los medios atacados. Todos ellos tienen alcance digital promoviendo y ejerciendo con sus matices la crítica al poder. Y, por ello, no son indiferentes a los temas de fondo que calan duro. Con mayor o menor investigación buscan estar en el ánimo de sus lectores y escuchas, y frecuentemente provocan molestias a personajes poderosos.

Por lo tanto, el contexto podría dar indicios de lo que está detrás de esta reacción inesperada y violenta desde el silencio y la complicidad de la madrugada con el hacker o, mejor, los hackers y sus financiadores.

Primero, estamos en un Estado singular por sus actores sistémicos y no sistémicos que en él operan y en medio de una campaña política anticipada, donde los actores subrepticiamente se están dando duro. Recordemos que Sinaloa, como muchos estados, celebrará el próximo verano elecciones concurrentes donde estarán en juego la gubernatura, las 18 alcaldías, las 40 curules del Congreso local y los siete diputados federales, es decir, estarán en juego 84 cargos electos incluidos los de síndico procurador, sin considerar a los suplentes de diputados y en esa lógica de competencia podrían andar “sueltos los demonios” con sus “investigaciones” sobre reales o supuestos amarres bajo la mesa, conspiraciones abiertas o veladas, “fuego amigo” y campañas negativas abiertas.

En esa lógica se trata de crear el caos y los escenarios de juego de suma cero, donde lo que pierde uno lo gana otro y, sobre todo, quién o quiénes podrían estar dando las órdenes a los hackers tras bambalinas.

En esas circunstancias, hay actores políticos que llevan a cabo una campaña intensa buscando posicionarse en el ánimo público, meterse en las encuestas de intención de voto y celebran acercamientos con dirigentes nacionales con el fin, al menos, de hacerse la foto que genere sinergia y la percepción de su aspiración, pero en sentido inverso hay otros actores políticos que buscan evitar que ello suceda a golpe de declaraciones públicas.

Segundo, estamos en medio de la peor epidemia que hayan vivido los sinaloenses desde la de la fiebre bubónica, que asoló a Mazatlán a principios del siglo pasado, y ésta ya costó más de 3 mil vidas y tendremos oficialmente a fin de año, al menos, 20 mil contagios, lo cual tendrá un efecto en el ánimo de los electores y especialmente entre aquellos que han sufrido pérdidas por las carencias en el sistema de salud y las inexistentes políticas de apoyo a la empresa y el trabajo.

Tercero, los estragos en la economía se han dejado sentir a través de la quiebra de cientos de empresas y otras que operan a la mitad o menos de su capacidad instalada, despidos de miles de trabajadores y, en muchos casos, recortes en los salarios que ha supuesto el empobrecimiento de muchas familias sinaloenses.

Y cuarto, todo esto lo ha venido documentando puntualmente la prensa que hoy es atacada con el objetivo claro de intimidar a los propietarios y a los periodistas que están poniendo los puntos sobre las íes sobre los grandes temas estatales.

Finalmente, en el tema electoral, habría que decir que la contienda por la gubernatura podría polarizarse entre Morena y el PRI, aunque todavía existe la posibilidad de un candidato PRIMOR, y de suceder esta fórmula heterodoxa, la polarización podría alcanzar al disminuido PAN local, en caso de que logre capturar el movimiento nacional de protesta contra AMLO y presente en Sinaloa un candidato meridianamente atractivo que capitalice el descontento con las políticas públicas estatales y federales.

En definitiva, los ataques cibernéticos están dirigidos contra la prensa crítica y buscan recordar cosas sobre el poder en un Estado como el sinaloense. Obtener algo en una atmósfera contaminada por la guerra sucia y para empezar que le bajen a la crítica. ¿Primera llamada? O sea, habrá que estar preparados para otros ataques y es necesario no descuidar el contexto en el que viene sucediendo porque ahí podría estar el principio de una buena explicación sobre el origen de estos sucesos contra el periodismo sinaloense (y veracruzano). Y eso debería estar poniendo a trabajar a los servicios de inteligencia del Estado mexicano que parecen estar más entretenidos con los hallazgos y escándalos del día a día.

¡Al tiempo!

Por Ernesto Hernández Norzagaray

(Sin Embargo.Mx)

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