López-Gatell calificó como “ilegal” que algún gobernador intentara entrar en contacto directamente con los laboratorios productores de vacunas.
“Hugo…ya sé que no estás de acuerdo con las vacunas, pero yo sí. Iniciemos con ellas. Y tú vas a colaborar. Espero que no lo tenga que repetir…”. Palabras más, palabras menos, fue la advertencia del presidente López Obrador golpeando contra el rostro demudado de Hugo López-Gatell, durante una reunión en Palacio Nacional al arranque del mes.
Según testimonios directos y otras fuentes gubernamentales, el bofetón presidencial se produjo tras alargarse un intercambio en el que integrantes del gabinete —Cancillería, Salud, Defensa, Marina— explicaron trabajos de un equipo interinstitucional ante la llegada de los primeros cargamentos de vacunas, a lo que López Gatell respondió con reservas, críticas y frases irónicas. López Obrador transmitió la urgencia del momento, y hasta allá buscó llegar el empoderado subsecretario para oponer sus objeciones. El revire fue seco. Nadie más habló.
Se trató del peor momento para el vocero de la estrategia contra la pandemia en sus nueve meses al frente de la tribuna nacional en la que fue colocado, desde donde pronosticó al país que el más grave número de víctimas —el “escenario catastrófico”, dijo— serían 50 mil muertos, pero esa cifra quizá se triplique hacia el fin de año, y seguirá creciendo...
En las semanas recientes, López Gatell fue una voz que saboteó los trabajos del grupo que sesiona con la participación, también —además de las dependencias citadas—, de Hacienda, SAT, Aduanas, la Consejería Jurídica de la Presidencia, entre otras. El sector Salud es representado por Cofepris, el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) y dos entidades más que pronto resaltarán en las noticias: el Centro Nacional de la Salud de la Infancia y la Adolescencia (Cencia), que concentra experiencia para las campañas de vacunación masiva infantil. Y Birmex, una casi extinta empresa paraestatal para la producción y venta de vacunas, relanzada por el actual gobierno.
El vocero de la pandemia —un fenómeno incontenible”, le llaman sus cabilderos— se dio igualmente tiempo para pedir a gobernadores de estados donde se realizaban las pruebas de la vacuna CanSino (de origen chino-canadiense) evitar que los voluntarios (supervisados por un despacho con reconocimiento internacional) tuvieran condiciones “inadecuadas”, lo que atrajo inspecciones disparatadas en varios casos. Y calificó públicamente como “ilegal” que algún gobernador intentara entrar en contacto directamente con los laboratorios productores de vacunas.
Este último mensaje estuvo dirigido a varios mandatarios estatales angustiados por el aumento de muertes por la pandemia, pero en particular a la jefa de Gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum, que solicitó reunirse con directivos de una de las farmacéuticas más avanzadas en la aprobación de su vacuna. La señora Sheinbaum se ha resistido a declarar nuevamente “semáforo rojo” en la ciudad, pero emprendió un vigoroso programa que incluye un millón de pruebas en la calles —más que las autorizadas por López-Gatell en todo el país—, entre otras acciones.
Tras el coscorrón presidencial, López-Gatell se transmutó. Ahora se investirá como el “zar de las vacunas”. Cuidado.
Apuntes: Este jueves se definirá nuevo presidente en el INAI, el órgano garante de la transparencia en México. Concluye la gestión de Francisco Acuña, quien logró mayor cohesión interna ante el endurecimiento del gobierno López Obrador hacia la institución. Los comisionados aspirantes a sucederlo son dos extitulares de órganos estatales: Blanca Lilia Ibarra (Puebla) y Óscar Guerra Ford (en la capital del país). La primera templó su independencia en los tiempos de Rafael Moreno Valle, lo que, junto con el programa de proyectos presentado, parece ubicarla como la candidata adecuada.
Por Roberto Rock L.
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