Manuel J. Clouthier
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Las Candidaturas Independientes (C.I.) fueron legisladas en el ámbito federal en el 2014, por lo que el 2015 fue el primer año del México moderno que se pudo ejercer este derecho político electoral.
Hoy este derecho político, que costó muchas luchas conquistar, está a punto de morir sin haber terminado de nacer plenamente, me explico:
1. Cuando se aprobó la reforma electoral federal que reguló las candidaturas independientes en el 2014, el sistema de partidos representados en el Congreso de la Unión no querían reconocer este derecho humano y constitucional de los ciudadanos de participar como candidatos electorales sin tener que hacerlo a fuerzas por un partido político. Por tal motivo legislaron deliberadamente una ley sumamente restrictiva del derecho con requisitos irrazonables y desproporcionados, discriminatoria, inequitativa, y que atenta contra el principio de certeza y otros principios constitucionales y de derechos humanos. Esto dio pauta para que el sistema político de partidos pudiera gritar a los 4 vientos que en México ya existían las candidaturas independientes, aunque fuera muy difícil poder ejercer este derecho.
Esta situación demandaba una reforma legislativa que ampliara este derecho cumpliendo con un principio de hermenéutica jurídica sobre derechos humanos, como el de “oportunidad efectiva”, que sostiene que no basta que se te reconozca el derecho, sino que debe existir la oportunidad real y efectiva de poder ejercerlo.
Cuando fui Diputado Federal Independiente en la 63 Legislatura promoví las iniciativas legislativas que permitieran ampliar este derecho, pero todos los partidos y diputados se negaron a impulsarlas por las mismas razones que habían dilatado el reconocimiento de las candidaturas independientes, “esto nos va afectar”, decían sin ningún rubor.
2. Hoy la ampliación y perfeccionamiento de este derecho no está en la agenda de nadie ni siquiera de diputados federales que en su momento fueron activistas por la conquista de este derecho y candidatos independientes también; se niegan a impulsar esta agenda ciudadana.
3. Después del triunfo del Bronco en Nuevo León, de un servidor en Sinaloa como diputado federal y de Pedro Kumamoto como Diputado local en Jalisco, muchos Estados legislaron la materia de las candidaturas independientes de manera más restrictiva que la ley federal con las llamadas “leyes anti bronco”.
Nadie reparó en ello, ni se litigó estas leyes que atentaban contra el principio de progresividad amparados en la libertad de configuración de los legisladores locales.
4. En el 2018 el INE y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) hicieron todo para dificultar y ensuciar el ejercicio de este derecho a las C.I. Como ejemplos están la aplicación defectuosa del INE para el recabado de firmas que pedía más datos de los que la ley establece, o bien la legislación de facto que estableció el TEPJF donde limitó las aportaciones económicas que podían recibir una C.I. de 200 mil pesos que establecía el INE a $50,000 que estableció el TEPJF dificultando la recaudación de fondos.
5. Con las trampas que permitió el INE a ciertos candidatos independientes en sus procesos de recabado de firmas el desprestigio se sumó a la figura de las C.I.
6. Con la decisión de Pedro Kumamoto de formar un partido político la lucha por las candidaturas independientes se quedó sin sucesor ahora que yo decidí retirarme de la política electoral. Pedro y su grupo cayeron exactamente donde el sistema quería, que abandonaran las C.I. y optaran por un partido.
Es por todo lo anterior que me atrevo a asegurar que las candidaturas independientes en nuestro país están destinadas a morir. Los partidos, el INE, y el TEPJF ganaron la batalla.