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Opinión

Entre el Colapso Económico y la Pandemia

Víctor Flores Olea

Parece una verdad hoy universalmente admitida: la pandemia, con sus modalidades inevitables, no solamente el abundante número de fallecimientos sino el encierro forzoso, en un desesperado esfuerzo para contenerla, que trae consigo una crisis económica que se presentará irremediablemente. Cuando, o desde antes, se controle el fundamental aspecto de salud. Sobre lo cual no parece haber graves dudas, a menos de que entremos a un túnel desconocido pero no probable, en el nivel de avance de la ciencia de nuestros días.

Por supuesto que hoy se han volcado las quejas sobre el papel que han desempeñado seguramente la mayoría de los Gobiernos, señalando por ejemplo los retrasos y retardos con los que han comunicado las características de la pandemia y sus notas predominantes. Casi siempre haciendo ver que los mensajes con frecuencia han sido incompletos o a destiempo, y casi invariablemente protegiendo a las empresas privadas, lo que ha dejado a los individuos de todas las clases sociales en una situación indefensa y con un sensación de abandono por parte del Estado. De allí las muchas críticas, a veces virulentas, que han recibido los gobernantes y dirigentes políticos. Muchas veces seguramente con plena justificación y otras veces no tanto…

Pero el hecho cierto es que las muertes se multiplican de manera exponencial y que no parece haber otra alternativa que esperar. Difícil esperar a una vacuna, porque según el saber de los expertos, éstas podrán estar listas hasta dentro de un año, en el mejor de los casos, o más tiempo aún. De todos modos, parece un criterio bastante generalizado que el tiempo que dure la pandemia afectará directamente a la economía, siendo ésta una variable que depende estrechamente de las limitaciones severas que ya impone la enfermedad sobre el comportamiento de las personas y, por tanto, sobre la economía. Y no sólo la duración en el tiempo de la pandemia, sino la profundidad con que pueda afectar a las relaciones sociales que están en la base de todo sistema económico.

En vista de la duración de la pandemia, todo indica que la crisis económica será igualmente profunda, catastrófica, (¿tal vez más que la enfermedad?). Desde luego, en México, según las curvas actuales de contagio y crecimiento de la enfermedad y su duración probable, posiblemente no nos encontremos en el peor de los mundos, pero debe reconocerse que vivimos una disciplina demasiado laxa, a juzgar por ciertos videos y fotografías que siguen mostrando a grupos o, incluso, a multitudes abigarradas, en los mercados, medios de transporte o en las calles mismas, que en otros lugares están casi desiertas.

Por lo demás, recordemos la opinión de algunos analistas de primera línea como Noam Chomsky, que con toda razón no desligan la crisis sanitaria (por lo pronto, falta de espacios adecuados en los hospitales y de material médico), con ciertas estructuras precisas con las que se comporta la economía de países muy diferentes, y que al final de cuentas resulta el elemento decisivo de nuestro presente y futuro económico. “Esta pandemia del coronavirus podría haberse evitado, la información estaba allí para prevenirla. De hecho, era bien conocida. En octubre de 2019, justo antes del brote, hubo un simulacro a gran escala en Estados Unidos, sobre una posible pandemia de este tipo”, indicó Chomsky en alusión a un simulacro sobre los riesgos y efectos de un eventual brote epidémico global. Los organismos y actores que formaron parte del evento advirtieron que la próxima pandemia causaría grandes enfermedades y muertes, “y podría desencadenar importantes consecuencias económicas y sociales” a nivel mundial.

No obstante, el politólogo denuncia la falta de acciones para reducir los riesgos de la pandemia. “No se hizo nada. La crisis empeoró por la traición de los sistemas políticos que no prestaron atención a la información de la que estaban al tanto”, condenó Chomsky. Repudió además las políticas egoístas adoptadas por Washington y diferentes países europeos respecto a la pandemia, y señaló que Estados Unidos y el Reino Unidos fueron los países que tomaron la peor posición al respecto. “Un día, el Presidente de Estados Unidos, Donald Tremp, dice: ‘no hay crisis, es como la gripe’. Al día siguiente, dice: ‘es una crisis terrible y lo supe todo el tiempo’. Otro día señala: ‘tenemos que volver al negocio, porque tengo que ganar las elecciones’. La idea de que el mundo está en estas manos es impactante”, subrayó Chomsky. Tras calificar a Trump de un “bufón sociópata”; además, aseveró que resulta impactante que el Presidente estadounidense y sus secuaces están liderando un plan que conduce al “abismo”. En una palabra, para Chomsky la economía del mercado sin restricciones y el neoliberalismo, están en el origen de la crisis severa que vive el mundo en el plano económico y sanitario.

México aparece por lo pronto, al nivel mundial, no en el cuadro de los países más acelerados de la pandemia, sin dejar de sentir sus efectos letales, pero lo que parece más preocupante es la ausencia de planes concretos en el aspecto económico y para el futuro. Otra vez parece florecer a estas alturas la noción del laissez faire, cuando se ha demostrado durante años la necesidad de un plan económico que implica restricciones y sobre lo cual no aparecen reflexiones con base científica en México, sino que se abren otra vez, de par en par, las puertas al pensamiento mágico.

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