Kenia López Rabadán
En voz del presidente López Obrador, escuchamos este miércoles durante su visita a Washington, D.C., decir “estoy aquí para expresar al pueblo de Estados Unidos que su presidente se ha comportado hacia nosotros con gentileza y respeto”.
¿En verdad Trump ha respetado a los mexicanos y nos ha tratado con gentileza? Aún recuerdo el 16 de junio del 2015, cuando el entonces candidato Donald Trump, en su primer discurso en Nueva York, señaló que “cuando México envía a su gente, no está enviando lo mejor de sí, están enviando personas que tienen muchos problemas, y están trayendo esos problemas con nosotros, traen drogas, están trayendo crimen, son violadores”.
¿Por qué cambió de aquel mensaje tan violento a estas palabras que dijo el miércoles “son personas muy trabajadoras e increíbles y grandes hombres y mujeres de negocios”? Por algo muy elemental, está buscando el voto de los 36 millones de ciudadanos mexicoamericanos y para eso, como todo populista, es capaz de cambiar de discurso con tal de lograr su objetivo.
Lo mismo pasó con López Obrador, quien en su libro “Oye, Trump” publicado en el 2017, hablaba de una postura agresiva y amenazante que había pasado de las frases de campaña a la práctica gubernamental norteamericana. Decía que consideraba un error de los integrantes de la mafia del poder en México, que tomaran partido y se olvidaran del principio de la no intervención.
Llama la atención la similitud entre ambos presidentes, ya que pueden sustentar sus posiciones con 180 grados de diferencia sobre un mismo tema, demostrando su pragmatismo y poca congruencia.
Hemos leído y escuchado en múltiples ocasiones al presidente Trump agredir a nuestro país, y la materialización de esa agresión es el muro en nuestra frontera norte, el cual desde su campaña amenazó con construir con las siguientes palabras: “construiré un gran muro en nuestra frontera sur y haré que México pague por él”. Para continuar con la violencia, volvió a presumir los avances del muro en sus redes sociales un día antes de la llegada del presidente López Obrador. Otra más de sus amenazas es la deportación de los más de 800 mil dreamers beneficiarios del DACA.
Las descalificaciones del presidente Trump han incluso insultado al Poder Judicial, el 5 de marzo del 2015 señaló “el sistema judicial mexicano es corrupto. No quiero nada con México más que construir un muro impenetrable y que dejen de estafar a Estados Unidos”.
Con todos estos antecedentes, López Obrador concluyó su discurso diciéndole a Trump que se ha comportado con gentileza y respeto. Olvidó tanto los agravios como sus propias promesas de campaña, quizá por eso tenemos un deterioro económico, las peores cifras en seguridad y hemos llegado al quinto lugar de muertes por COVID. Nada más que agregar.