Por Jorge Nuño Jiménez*
Al comité organizador Mymun: Hafsa Shahid, Sofía Figueroa Nuche y Abdullah Altahini, etc. (Pakistán, Arabia Saudita, India, Indonesia y México).
En el marco de una de las peores calamidades y crisis del orden internacional, particularmente por la pandemia del COVID-19, así como los tambores de guerra entre las potencias que luchan por la supremacía mundial, también el 75 aniversario de la primera bomba atómica, lanzada contra la población inocente de Hiroshima y Nagasaki, así como una “rara explosión en el Puerto de Beirut” que alertó al mundo.
La juventud mexicana inspirada en valores de la paz, los derechos del hombre, y la justicia internacional, celebró el mejor modelo de la ONU de que se tenga memoria (opinión de la ONU), auspiciado por el Instituto Tecnológico de Monterrey, participando activamente este Centro de Estudios que me honro en dirigir.
El modelo de la ONU tomó la bandera, su comité organizador integrado por brillantes jóvenes, me pidieron dirigir un mensaje de aliento y esperanza ante las catástrofes mundiales.
Recordé los sueños de mi primera juventud, mi deber y conciencia, cuando muy niño en mi pueblecito soñé con ser útil a mi patria, lo cual trazó mi ruta para forjar mi carácter y mi espíritu, recibiendo una educación espartana que fomenta valores, ingresé al Heroico Colegio Militar, me preparé en la ciencia de la guerra, el destino me condujo a luchar por la paz recibiendo las mejores enseñanzas en la Facultad de Derecho de la UNAM, graduándose con la tesis de la “Carta de Derechos y Deberes Económicos de los Estados”, inspirado en las lecciones de nuestro símbolo de dignidad: Benito Juárez quien legó a la comunidad internacional el mejor principio para la concordia: “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.
Les sugerí a los jóvenes, que soñaran con una estrella, pero con los ojos abiertos y los pies en la tierra, que este es el momento de revisar los principios para la seguridad mundial de un gran mexicano, Don Alfonso García Robles, Premio Nobel de la Paz, padre del desarme nuclear. También de paso que leyeran la tesis de Don Isidro Fabela faro de luz defensor de la soberanía mexicana, que repensaran en la responsabilidad ética y moral para la cooperación y no la confrontación.
En los comités se notaba un ambiente de emoción profunda para la reconstrucción del espíritu de la ONU, impulsando un diálogo mundial por la paz y la justicia internacional.
Preocupación especial fue el “COVID-19”, afirmando que: ningún país solo puede vencer este virus, el guante es a la ciencia y la tecnología contra estos jinetes del apocalipsis.
La sugerencia fue al Secretario General de la ONU: para que convoque a una conferencia internacional llamando a los mejores hombres de ciencia para encontrar una vacuna universal y gratuita, haciendo a un lado a los mercaderes de la salud, a problemas globales y soluciones globales.
Profunda seriedad de estos jóvenes de la crisis, mostraron temple, seriedad, fe y esperanza en la ONU.
Parodiando a León Felipe, poeta trasterrado Bardo Peregrino, amigo de México: “Lo importante no es llegar primero, sino con todos juntos y a tiempo”.
*Director del Centro de Estudios Sociales del Tercer Mundo