¿Qué pasará el 6 de junio con los partidos, las elecciones y el gobierno? Es cierto que algo grave sucedió en México durante los años previos a la sucesión presidencial para tener un resultado como el de 2018. Se generó un realineamiento electoral por un hartazgo social, mucha corrupción, una inseguridad altísima y una gran impunidad. Ahora vamos a las elecciones intermedias y tenemos un escenario plagado de contradicciones y polarización.
1.- El clima político ha generado una enorme descomposición en el sistema de partidos. Estamos muy cerca de lo que Rob Riemen escribió en su libro Para combatir esta era: “Los partidos políticos ya no tienen principios ni proyectos; la confianza en la política y en el gobierno ha disminuido a un nivel peligroso; las elecciones han sido reducidas a un carnaval de banalidades vacías de contenido” (p. 47). Después de la paliza que sufrieron los principales partidos políticos hace casi tres años, era esperable que aprendieran algo de la derrota, pero parece que siguen en las mismas. El partido gobernante atraviesa momentos complicados y está enredado con muchas de sus candidaturas.
2.- Se han conformado dos grandes alianzas electorales, por una parte, la que representa al actual gobierno con Morena al frente, el PT y el Verde; por la otra, los anteriores partidos dominantes, hoy en la oposición a nivel federal, PAN, PRI y PRD. En medio queda Movimiento Ciudadano, que va solo, y los tres nuevos partidos que no pueden hacer alianzas en la primera contienda que enfrentan. Contra principios, tradiciones y programas la oposición ha decidido juntarse por un interés meramente pragmático: ganarle a Morena y a AMLO la mayoría en la Cámara de diputados. Pero, ¿cuál es el proyecto común?, nadie sabe. Sólo se escuchan gritos para decir que se trata de frenar a la 4T por “autoritaria”. Bien lo dijo un panista inconforme con esa alianza: se quiere regresar a lo mismo por lo que la mayoría votó en contra en 2018. Al mismo tiempo, es lamentable la alianza entre Morena y el Verde, un partido que violenta sistemáticamente la legalidad y que ya habría perdido su registro si hubiera realmente estado de derecho.
3.- Las candidaturas de todos los partidos están muy alejadas de un proceso democrático. El control de la boleta electoral sigue en manos de las élites de cada partido. Y en el caso de Morena se hacen encuestas que generan más problemas de los que resuelven. En estas semanas hemos visto un carnaval de chapulines que brincan de un partido a otro, pero sólo se representan a ellos mismos. La lista incluye también nombres reconocibles de cantantes, luchadores y deportistas. Hay graves escándalos, como el de Salgado Macedonio que acumula cinco acusaciones de abuso sexual y violaciones. Esa candidatura es una grave contradicción de Morena y ya logró la reprobación de múltiples colectivos feministas internos y externos al partido.
4.- Hay confrontación entre los máximos organismos electorales. El INE decide hacer cumplir el Artículo 134 de la Constitución y restringir la difusión de las mañaneras y el Tribunal Electoral tira la resolución. Es muy preocupante tener un Tribunal, que tiene la última palabra en materia electoral, al servicio del gobierno. El problema es que se romperá la equidad en la contienda con la participación presidencial en las elecciones.
Con estas piezas se construye el proceso electoral más grande: 21 mil cargos de elección popular, más de 174 mil casillas y 95 millones de electores. En estos tiempos hemos pasado de un realineamiento a una polarización y se han reducido los espacios de diálogo. Los comicios serán complicados por la crisis de salud y la caída económica. El ambiente público está envenenado por una confrontación cotidiana de narrativas entre el proyecto del gobierno y la oposición.
Y, a pesar de todo, con el resultado del 6 de junio se gobernará la segunda mitad de este sexenio...
Por: Alberto Aziz Nassif
SY