Desde hace al menos 15 años, varias entidades federativas han utilizado mecanismos electrónicos para recibir la votación de la ciudadanía en elecciones locales. Desde entonces, más de 20 estados han hecho uso de las denominadas urnas electrónicas para diversos ejercicios que van desde la realización de pruebas piloto hasta su utilización para elecciones constitucionales y ejercicios de participación ciudadana.
El voto por internet, por su parte, comenzó con una experiencia exitosa en el Instituto Electoral del Distrito Federal (hoy ciudad de México) en 2012.
Sin embargo, a nivel federal la normatividad en la materia dio sus primeros frutos con la reforma constitucional de 2014 y, a partir de la misma, es hasta este año, en que 11 entidades federativas, de acuerdo a lo determinado por su legislación electoral, utilizarán el sistema del voto por internet para recibir la votación de las mexicanas y mexicanos de sus respectivas entidades desde el exterior.
En tal virtud, y de acuerdo con lo aprobado por el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) el mes de agosto del año pasado, las modalidades de voto postal y electrónico a través del internet son las vías para que las y los mexicanos residentes en el extranjero puedan ejercer su derecho al sufragio en las elecciones de junio próximo.
De acuerdo con información del INE, al 30 de enero, se han registrado al sistema para votar desde el extranjero un total de 12,904 ciudadanos y ciudadanas, destacando que el 56.82% son hombres y el 43.18% son mujeres.
Pero el dato más revelador es que de este universo, el 60.65% se ha definido por la utilización del sistema vía internet por un 39.35% que se ha registrado bajo la modalidad del voto vía postal.
Ahora bien, los resultados que en su oportunidad se tengan de este importante ejercicio, serán un referente importante para que el Poder Legislativo siga avanzando en la implementación del voto por internet no sólo para los mexicanos y mexicanas residentes en el extranjero, sino para su eventual instrumentación, de forma gradual, en las elecciones constitucionales que se celebren en nuestro propio país.
Además, la implementación del voto electrónico traería consigo múltiples beneficios que van desde la optimización de los resultados electorales que se ejecutarían prácticamente en tiempo real, el incremento de la participación ciudadana, un mecanismo eficiente para votar con seguridad aún en tiempos de pandemia como el que vivimos, así como una reducción presupuestal en un mediano plazo.
Por esta razón, contamos todos, contamos todas con su participación compatriotas.
Por: Carla Humphrey
SY