Cada vez que revive el debate sobre los libros de texto gratuitos, me hago una pregunta elemental. ¿Por qué no revisar los libros de texto de los países con sistemas educativos exitosos? De acuerdo con los resultados de la prueba PISA 2018, Estonia, Canadá, Finlandia e Irlanda fueron los países con mejor desempeño en lectura de comprensión. Por su parte, los participantes con mejor desempeño en matemáticas fueron asiáticos: China, Singapur, Macao, Hong Kong, Taiwan, Japón y Corea del Sur. En ciencia, los mejores fueron también, mayoritariamente, asiáticos: China, Singapur, Macao, Estonia, Japón, Finlandia y Corea del Sur.
México podría seleccionar un grupo de buenos traductores y expertos para revisar los contenidos de los libros utilizados por los estudiantes de aquellas regiones y revisar qué innovaciones pedagógicas han resultado exitosas en otras latitudes y cómo podrían adaptarse.
En torno a los contenidos de los libros de historia y civismo, sería conveniente incluir otras formas de heroísmo, no nada más el militar, propio de los combatientes en guerras o revoluciones. En primer lugar, enfatizar el estudio de los constructores de instituciones públicas como los hospitales y servicios educativos. También un perfil de empresarios y empresarias que hayan construido compañías al servicio de su comunidad y el país a lo largo de las décadas. Adicionalmente, héroes y heroínas cívicas, como aquellos personajes que se atrevieron a hablarle con la verdad al poder.
Finalmente, ¿cuál sería el perfil de los ciudadanos del mundo que queremos? Sería conveniente pensar en un libro de texto gratuito para la formación de capacidades tecnológicas iniciales, lo que antes se llamaba computación y hoy es más amplio. ¿Cómo abordar con los niños la rivalidad geopolítica entre Estados Unidos y China? La enseñanza del inglés es uno de los fracasos permanentes de nuestro sistema público de educación básica.
Contrario al mito, Jaime Torres Bodet, el secretario de Educación Pública que creó la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos, no pugnaba por una educación nacionalista. Vivió en carne propia pérdidas humanas durante la Segunda Guerra Mundial y conoció los peligros del nacionalismo, pariente cercanísimo del racismo. En su primer discurso como director general de la UNESCO Torres Bodet resumió su filosofía “si el educador prepara a las nuevas generaciones para la intolerancia, dentro de un nacionalismo cerrado e incomprensivo, el diplomático tendrá que llevar hasta las cancillerías una política de agresión o una táctica de venganza”. Las nuevas generaciones se merecen libros de texto gratuito fieles a ese espíritu, pero, además, en el marco de una nueva guerra fría entre las potencias de nuestro tiempo, la humanidad lo necesita.
Por. Raudel Ávila