Un lector habitual me hizo llegar la siguiente nota: “Interesante tu artículo: “Las fechas y los hechos. 20 de mayo en Cuba”, publicado en el diario ¡Por esto!, un sobreviviente de la prensa de izquierda mexicana. Quiero creer que con el mensaje que aludes, Blinken le hizo un guiño a Cuba que, tal vez porque fue excesivamente sutil, el canciller no lo percibió así. No obstante, su respuesta fue atinada, inteligente y comedida.
En cuanto a la afirmación de que el mensaje es “Demagógico y ambiguo”, creo que tampoco percibes la sutileza. No me parece demagógico porque el autor, el secretario Blinken, es un diplomático y la diplomacia es así, al menos en la escuela antigua, cuando los políticos y los generales hacían la guerra y los diplomáticos, procuraban la paz.
En cuanto a la ambigüedad, supongo que te refieres a la reiterada alusión “a los cubanos” que, como se sabe, además de en la Isla están en todas partes, especialmente en Miami. El criterio de ambigüedad no se sostiene por la mención de los “cuentapropistas” que no habitan en La Florida sino solamente en Cuba.
A mi juicio, en su nota, el secretario de estado, Antony Blinken, parece adoptar la perspectiva de Barack Obama al asumir que Cuba es como es, y no como Estados Unidos quisiera que fuera, lo cual se expresa en la afirmación, dicha en La Habana, a teatro lleno y en presencia del entonces presidente Raúl Castro: “…Estados Unidos no tiene ni la capacidad, ni la intención de imponer un cambio en Cuba.”
Para no mencionar los exabruptos de Donald Trump, me gustaría recordar que desde los años sesenta el mensaje presidencial por el 20 de mayo se convirtió en una agresiva rutina. El hecho de que el presidente Biden descontinúe esa práctica y sea el Secretario de Estado quien lo realice es un pequeño paso.
A propósito, en 1985, Reagan pasó todos los límites cuando aprovechó la fecha para poner en servicio la llamada Radio Martí que según recuerdo fue calificada, como el “más agresivo acto contra Cuba…”
En las tratativas políticas, en los negocios y en las escuchas a distancia, diplomáticos, emprendedores y diexistas están alerta en espera de señales que a veces son tenues o bloqueadas por ruidos. En muchas ocasiones los interesados son proactivos y en lugar de esperar las oportunidades, tratan de construirlas. El ministro Bruno Rodríguez que estuvo entre los artífices del entendimiento con Estados Unidos, sabe cómo hacerlo.
Estimado amigo. Si bien estoy firmando esta nota, te agradecería que, en caso de comentarla o publicarla, te ruego me permitas conservar el anonimato…” ¡Que así sea!
Por Jorge Gómez Barata