México tiene síntomas de recuperación económica. Desde el tercer trimestre de 2020, la productividad del país comenzó a repuntar, las inversiones y las exportaciones tomaron fuerza, e incluso el empleo experimentó un segundo aire, de acuerdo con datos oficiales.
En términos macroeconómicos, el repunte se vio reflejado en el Producto Interno Bruto (PIB). A partir de julio del año pasado —que fue cuando el Gobierno federal comenzó a flexibilizar la suspensión de actividades no esenciales— y hasta marzo de 2021 —que corresponde al cierre del último trimestre reportado— el PIB de México aumentó 16.4 por ciento real, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi).
Sin embargo, el repunte productivo de los últimos tres trimestres aún no compensa el descalabro que venía sufriendo la economía nacional desde octubre de 2019 —cuando las exportaciones mexicanas empezaron a decaer en un contexto en que los mercados internacionales resentían una fuerte recesión por el cierre de fronteras y la interrupción de cadenas productivas y comerciales— que se agravó a partir del segundo semestre de 2020, luego de que la pandemia obligara al Gobierno federal a suspender las actividades no esenciales en los sectores público, privado y social, incluidas gran parte de las actividades del sector de los servicios. En esos nueve meses, el PIB mexicano cayó 19.2 por ciento real.
El balance entre el descalabro (-19.2 por ciento real) y el repunte (+16.4 por ciento real) del último año y medio implica que la productividad nacional todavía no recupera el nivel que tenía previo a la pandemia de coronavirus, toda vez que el PIB registrado en el primer trimestre de 2021 fue 2.8 por ciento real inferior al del mismo periodo de 2020.
Aunque la situación actual es favorable y aunque “los pronósticos más optimistas de crecimiento económico [para este año] llegan al 4.7 o al 5.0 por ciento”, en 2021 será difícil que México recupere los niveles productivo y económico que tenía antes de la pandemia, explicó en entrevista Alfredo Bravo Olivares, economista y académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Lo anterior tiene mucho que ver con la forma en que la economía nacional se está recuperando, ya que actualmente México experimenta una recuperación mixta desde el punto de vista sectorial, considerando que las actividades agrícolas e industriales (y sus exportaciones) “sí han tenido una cierta recuperación” desde los meses de junio y julio del año pasado, dijo a Sin Embargo el doctor José Nabor Cruz Marcelo, secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Al respecto, las cifras del Inegi refieren que en los últimos 18 meses las actividades agrícolas (o primarias) y las industriales (o secundarias) repuntaron 1.7 y 0.5 por ciento real, mientras que los servicios y las actividades comerciales (sector terciario) decayeron 3.5 por ciento real.
Para Cruz Marcelo, una de las circunstancias por las que la economía mexicana no ha podido tener una recuperación generalizada es que los sectores económicos que se han venido recuperando —que son el agrícola e industrial— “absorben en menor proporción la masa de trabajadores” de la población económicamente activa (PEA), mientras que “el gran sector de la economía” —que es el de servicios— aún tiene “rezagos importantes en cuanto a una no recuperación a los niveles previos a la pandemia”, sobre todo por el estancamiento del sector turístico.
“En el sector servicios, en lo general a nivel nacional, aún no podemos establecer una recuperación al 100 por ciento. Está en camino, obviamente, pero me parece que ha sido lenta, mucho más lenta que los otros dos sectores, y sobre todo, dependerá en que se reactive no tanto el turismo nacional, sino el turismo internacional”, abundó.
INVERSIONES Y EMPLEO
En el último año y medio, las inversiones también recuperaron terreno, de acuerdo con cifras del Inegi y de la Secretaría de Economía.
Por un lado, la inversión pública repuntó 3.4 por ciento real durante el cuarto trimestre de 2020. Sin embargo, su nivel actual (2.5 por ciento del PIB) es el más bajo desde que inició el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Asimismo, la inversión privada aumentó 28.7 por ciento real entre el tercer y cuarto trimestre de 2020. Empero, la recuperación en esos seis meses aún no es capaz de compensar el descalabro sostenido (-42.6 por ciento real) que sufrió entre abril de 2019 y junio de 2020, de modo que el nivel actual de inversión privada (14.5 por ciento del PIB) es el más bajo desde inicios de la actual administración.
Por su parte, la inversión extranjera directa (IED) repuntó 14.8 por ciento real en el primer trimestre de 2021, después de tres trimestres consecutivos con caídas (-22.3 por ciento real) que redujeron este flujo de dinero hacia México, siendo que el nivel actual de la IED (3.9 por ciento del PIB) es inferior al de principios de 2019 (4.6 por ciento), previo al inicio de la pandemia en territorio nacional.
Pese a que las inversiones van en aumento en México, a la par que hay un repunte de las actividades primarias y secundarias, nada de ello implica que la economía de los hogares mexicanos haya mejorado, no obstante el decremento de la tasa de subutilización de la fuerza de trabajo, que es la suma de personas subocupadas, desocupadas y disponibles para trabajar como porcentaje de la fuerza de trabajo ampliada, que corresponde a la suma de la PEA y de la población no económicamente activa disponible para trabajar.
En ese sentido, las cifras del Inegi refieren que a partir del tercer trimestre de 2020, que es cuando la tasa de subutilización de la fuerza de trabajo comenzó a decaer, y hasta el primer trimestre de 2021, que es la cifra disponible más actual, los trabajos con remuneraciones de hasta un salario mínimo (SM) y de uno a dos SM aumentaron 7.9 y 7.7 por ciento real, respectivamente, mientras que los empleos con remuneraciones de dos a tres, de tres a cinco y de más de cinco SM cayeron 12.5, 4.3 y 15.8 por ciento real en cada caso.
Para Alfredo Bravo Olivares, “la precarización de los salarios tiene una relación directa con el incremento de las ganancias de los grandes grupos financieros y económicos del país”, toda vez que “la pérdida del poder adquisitivo de los salarios, de los ochentas a la fecha, es de más del 80 por ciento”.
Aunque el actual Gobierno ha incrementado el SM, sus efectos son “muy limitados” porque “estos programas de incremento salarial sólo benefician a quienes ganan hasta un salario mínimo y a ciertos grupos del sector empresarial, por lo que no son masivos, de modo que la mayor parte de los salarios sigue siendo precaria”, abundó el economista de la UNAM.
En la opinión de José Nabor Cruz Marcelo y de acuerdo con el Coneval, “prácticamente el 32 por ciento de la población económicamente activa manifiesta ganar menos de un salario mínimo al mes, y un 40 por ciento manifiesta ganar entre uno y dos salarios mínimos mensuales. ¿Esto qué significa? Que poco más del 70 por ciento de la población económicamente activa efectivamente está teniendo remuneraciones que no van más allá de dos salarios mínimos”.
Acerca del aumento salarial en los primeros tres años de gobierno del presidente López Obrador, Cruz Marcelo dijo que a pesar de estar por arriba de los niveles de inflación, “esto claramente aún no compensa lo que históricamente habíamos reportado como economía, que era prácticamente incrementos de salario mínimo que eran igual a los niveles de inflación, y por lo tanto en términos reales, no podía haber una recuperación del salario mínimo”.
Por lo anterior, el secretario ejecutivo del Coneval explicó que desafortunadamente entre el primer trimestre de 2020 y el primer trimestre de 2021 los empleos que aumentaron fueron aquellos con remuneraciones no mayores a dos salarios mínimos.
“¿Qué tendrá que ocurrir? Pues evidentemente que en las nuevas actividades, los empleos que se estén generando ahora mismo rumbo al segundo trimestre de este año, puedan tener mayores niveles de remuneración”, para que a finales de 2021 o principios de 2022 haya un incremento de trabajadores con salarios superiores a dos salarios mínimos mensuales, concluyó al respecto Cruz Marcelo.
FACTORES DE RECUPERACIÓN
Existe una serie de factores que está impactando a la economía mexicana de manera favorable. Para el economista de la UNAM Alfredo Bravo Olivares, el primero es la relativa recuperación de la economía norteamericana, sobre todo de la de Estados Unidos, que es un país que “al estar en una fase de recuperación, está demandando una mayor cantidad de productos que propicia que nuestras exportaciones se incrementen, sobre todo en el sector manufacturero”.
Por un lado, entre el segundo y el cuarto trimestre de 2020, el PIB y las importaciones estadounidenses repuntaron 6.3 y 68.8 por ciento real respectivamente, de acuerdo con datos de la Oficina de Análisis Económico de Estados Unidos. En ese mismo periodo, a la par que aumentó la demanda de bienes y servicios del vecino país, las exportaciones mexicanas repuntaron 12.3 por ciento real, de modo que el nivel de exportaciones del cierre del año pasado fue 3.8 por ciento real superior al nivel del mismo trimestre de 2019, según cifras del Inegi.
Otros de los factores que han impulsado a la economía mexicana son el aumento del precio del petróleo y en consecuencia, el incremento de los ingresos petroleros del sector público.
Por un lado, desde que el precio internacional de la Mezcla Mexicana de petróleo tocó fondo en abril del año pasado al cotizar en -2.37 dólares por barril, hasta el corte del 11 de junio de 2021 cuando cotizó en 67.11 dólares por barril, el valor del crudo nacional aumentó 456.3 por ciento real, indican cifras del Banco de México y de Petróleos Mexicanos.
Aunque el repunte es considerable y posiciona el valor del crudo en niveles previos a la pandemia, el precio actual de la Mezcla Mexicana no es excepcional, sobre todo si se considera que lo adecuado sería un valor de 85 a 100 dólares por barril, de acuerdo con la doctora Miriam Grunstein Dickter, analista energética y socia fundadora de Brilliant Energy Consulting.
Sin embargo, el incremento del precio del crudo mexicano se ha visto reflejado en términos de un aumento de los ingresos petroleros. Sólo entre el primer trimestre de 2020 y 2021, los ingresos petroleros del sector público aumentaron 2.4 por ciento real, según datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Además de las exportaciones, del aumento del precio del petróleo y de los ingresos petroleros, otro factor que ha sacado adelante a la economía mexicana son las medidas o esquemas estatales de apoyo a las empresas. Tal es el caso de Guanajuato, Puebla y Querétaro, que son entidades federativas que “dieron incentivos fiscales para que las empresas industriales pudieran seguir adelante y evitar despidos”, indicó el titular de Coneval, José Nabor Cruz Marcelo.
Sobre las políticas públicas para promocionar la actividad económica, Bravo Olivares explicó que los proyectos que ha impulsado el Gobierno a partir del Plan Nacional de Desarrollo “no alcanzan a impactar en el crecimiento del PIB”, ya que los actuales programas de inversión, aunque han ayudado a contener el endeudamiento público y a mantener un superávit primario, “no alcanzan a tener un impacto que repercuta de manera favorable en la creación masiva de empleos que requerimos para revertir la desigualdad que se ha generado en tiempos de pandemia”.
Para el economista de la UNAM “hacen falta esquemas de financiamiento productivo al sector social y a ciertos sujetos del sector privado, sobre todo a micro y pequeñas empresas que sí requerirían apoyo para salir adelante”.
Más allá de ello, Cruz Marcelo refirió que algunos de los grandes proyectos de infraestructura pública, que son fuente de generación de empleos y un impulso económico nacional, no están libres de riesgos por fenómenos climáticos que podrían, en menor o mayor medida, minar la recuperación económica.
Como ejemplo, el secretario ejecutivo del Coneval refirió que un paradigma de lo que podría ocurrir a nivel nacional es Tabasco, en donde a pesar de que hubo generación de empleos por la construcción de la Refinería de Dos Bocas, debido a las inundaciones a partir de noviembre o diciembre del año pasado, en la entidad federativa aumentó la pobreza laboral por arriba del promedio nacional, entre el cuarto trimestre de 2020 y el primer trimestre de 2021.
“Eso va a ser un factor, ya que los fenómenos climáticos y los desastres naturales detienen el crecimiento y la recuperación económica”, advirtió el economista.
Tanto para Cruz Marcelo como para Bravo Olivares, el actual Gobierno tiene una serie de opciones para aprovechar o potenciar el proceso de recuperación económica por el que atraviesa México.
La primera opción es que las políticas de desarrollo nacional continúen aparejadas con el proceso de recuperación norteamericano (incluidos Estados Unidos y Canadá), lo que implica que el país continúe apoyándose del nuevo Tratado de Libre Comercio con la finalidad de potenciar las relaciones con dos de sus principales socios comerciales.
Por otro lado, la inversión de los gobiernos estatales será indispensable para sacar adelante a México. En ese sentido, los economistas explicaron que será muy importante el componente de gasto capital que derive de los planes estatales de desarrollo, ya sea con fondos federales o a través de inversión público-privada.
Por Efrén Flores