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Opinión

Ecos de la suave patria

Ramón López Velarde: Te ruego me dispenses por hablarte de "tú", pero lo hago con la finalidad de hablar de "ti".

En el justo homenaje en tu terruño, Jerez, Zacatecas, la semana pasada conmemorativa de tu primer centenario luctuoso, se exaltó tu perfil de poeta nacional, símbolo de mexicanidad.

Muchos ya no se acuerdan de ti, te han olvidado, ignorando que eres más que un poeta mexicano, latinoamericano, debes perdonarme, quise decir universal, eres icono, símbolo, bandera y escudo, orgullo de nuestra mexicanidad.

Tu obra poética nos transporta al pretérito de un país convulsionado, por un movimiento armado, un edén subvertido en una lucha fratricida que finalmente encontró su rumbo claro, con orden democrático en donde el pueblo es el que manda.

Yo jamás te olvidaré, desde mi niñez he leído una y mil veces tus obras: "Sangre devota".

Recuerdo con mucho cariño cuando en mi terruño, (Tlaquepaque, Jalisco) en la escuela primaria, (parte de las misiones culturales vasconcelistas) mi muy respetada e inolvidable maestra Angelita González nos enseñaba a declamar, memorizando tu poema "La suave Patria", me llenaba de una emoción profunda, me transportaba con una emoción profunda a una idea casi sueño de la patria.

Seguirían otras lecturas como: "Fuensanta" (tu admirada dulcinea Josefa de los Ríos), "Genoveva" (que realmente fue tu prima Águeda), "Zozobra", "La sangre devota" , "Al son del corazón" y otros poemas.

Como poeta provinciano te mitificó la cultura de la Revolución Mexicana, exaltándote como representante de una nación orgullosa, tu obra es muy profunda, representativa de un diálogo fraterno con nuestra provincia emergente de un conflicto armado.

La "Suave Patria" es un retrato hablado de una patria "envuelta en la más honda música de selva, modelada al golpe cadencioso de hachas, entre risas y gritos de muchachas y pájaros de oficio carpintero".

"Nos transportas por olas civiles con remos que no pesan, porque van como los brazos del correo chuan que remaba la marcha con fusiles". Naturalmente aquí encontramos tu inspiración en Baudelaire, en la Revolución Francesa. El "correo chuan" era la contra Revolución.

Obras revolucionarias, vanguardistas, recogen el sentimiento del pueblo en armas, especialmente del maderismo al que tú perteneciste, nos conduce al parnaso estético y reflexivo.

Tu influencia y reminiscencia de Enrique González Martínez, es palpable. Pletórica de sentimiento profundo de mexicanidad y tradición, platicando con Juan Ruiz de Alarcón, recoges voces e influencias de Manuel Gutiérrez Nájera, Manuel José Othón, Salvador Díaz Mirón, Amado Nervo, Luis G. Urbina y José Juan Tablada.

Hoy el pueblo mexicano llora tu partida al éter, a tu tercer nacimiento es decir a la eternidad. Te fuiste a muy temprana edad, el 19 de junio de 1921 hace 100 años.

México no te olvida, te convertiste en un valor supremo para la juventud mexicana.

Tus obras como "La suave patria" y una bandera mexicana han sido mis compañeros de viaje, en mi vida profesional, desde mis estudios básicos, la Escuela Preparatoria de Jalisco, el Heroico Colegio Militar, mis viajes por más de 50 años por Europa (UNESCO), Australia, las Islas Fiji, Nueva Zelanda, los organismos internacionales (ONU), tu espíritu, iluminó el sendero de mi largo caminar.

 

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