Opinión

Ucrania y el super dólar mexicano

El precio del dólar es muy importante para México, casi el 40% de todo lo que consume una familia es importado, desde artículos para el hogar, computadoras, celulares, maíz blanco, gasolina, materiales de construcción hasta la mayoría de los insumos industriales.

Últimamente, el precio del dólar está por debajo de 19 pesos cuando el 29 de diciembre de 2018 estaba 19.65, ¿qué pasó? ¿Por qué el dólar está bajo? Normalmente, le afecta el precio del petróleo, las remesas y las tasas de interés, aunque este último factor es el que más pesa. Sencillo: si México ofrece mayor rendimiento en dólares que los bonos de Estados Unidos, la inversión financiera del mundo invierte en instrumentos de inversión en dólares del Banco de México. La tasa de interés en dólares en México está en 10% y en Estados Unidos en 4.25%, esto atrae inversión y oferta de dólares.

Pero existe otra verdad, la menos discutida, la internacional, la del momento político mundial, y es esta: desde la pandemia, Estados Unidos sufrió escasez de productos e insumos industriales y hasta estratégicos como los chips de los autos, la dependencia asiática eliminó millones de empleos y se empezó a cuestionar la urgencia producir localmente, aunque sea más caro.

Pero pasada la pandemia, ocurrió la guerra de Ucrania, Estados Unidos apoyó a Ucrania y presionó a China para bloquear comercialmente a Rusia, pero esto nunca sucedió. Los chinos dependen del petróleo, cereales y muchos productos rusos, fomentando un sentimiento de falta de solidaridad hacia Ucrania y llevó al presidente Biden a reindustrializar Estados Unidos, intención que ya había empezado Trump subiendo aranceles a miles de productos chinos.

Pero todo eran opiniones y especulaciones hasta que Biden volvió a retomar específicamente la narrativa públicamente del objetivo del T-MEC, un fortalecimiento comercial entre México, Estados Unidos y Canadá que nunca se dio, por haber metido el mismo, Estados Unidos a China en el comercio mundial en el año 2000 con una mano de obra casi esclava, subsidios en energía, menores impuestos y falta protección de derechos y patentes; fue así como China creció destruyendo la clase media industrial occidental. Esta vez, en su última visita a México, Biden mencionó un objetivo, que el 25% de sus importaciones provengan de los países del T-MEC, estamos hablando del retorno a la región de cientos de miles de millones de dólares en la reindustrialización de la zona, incluyendo Centroamérica, que además frenaría el problema de la migración.

¿Pero México está listo? Pues la 4T mantuvo las finanzas sanas, poco endeudamiento y por razones de desigualdad se invirtió es el Sur, específicamente en el proyecto Transístmico, que son 200 kilómetros de Oaxaca a Veracruz, uniendo los dos océanos, dotándolo de carreteras, trenes, electricidad e internet para atraer inversión extranjera; la refinería Dos Bocas y el Tren Maya, que conecta el Sureste del país, es decir, infraestructura.

En una coincidencia histórica, mientras la guerra de Ucrania aceleró la desglobalización, México se preparaba para una inversión extranjera sin agenda, sin fecha, hoy Estados Unidos pone el ojo en México; en el Norte esta la cercanía, la capacidad técnica, la proveeduría, pero el Sureste tiene algo de lo que carece el Norte, la mano de obra barata, pero, sobre todo, y lo más importante, el agua para las industrias. No hay agua en la costa Oeste de Estados Unidos y sequías constantes en el Norte de México. El dólar bajó porque la intención de inversión extranjera industrial está creciendo, porque la infraestructura necesaria está en construcción, hay agua disponible y porque la guerra de Ucrania materializó el proyecto de regresar la industria americana en Asia a la zona del T-MEC, a México, Estados Unidos y Canadá.

*Carlos Mena Baduy es contador público con Maestría en Políticas Públicas y Consejero de la Cámara de Comercio de Mérida.