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Opinión

Desfile de ánimas

El Hanal Pixán no es un lamento, por el contrario, es una fiesta de vida. Quienes mueren no se van definitivamente, su alma sigue presente

Nada es estático. El tiempo y el espacio son inseparables y marcan el eterno renacer. En el Hanal Pixán encontramos cómo el tiempo se anula y las almas de los difuntos caminan entre los hombres, difuminándose en el Viento de los Muertos, que sopla los primeros días de noviembre.

Las lluvias que caen en los últimos días de octubre indican que los muertos están lavando la ropa que traerán y mientras más fuertes sean las lluvias, mayor será el número de espíritus que cruzarán a este plano de existencia.

El Hanal Pixán no es un lamento, por el contrario, es una fiesta de vida. Quienes mueren no se van definitivamente, su alma sigue presente y en los días de muertos regresan a sus casas en forma de ánimas para saborear los platillos que les han preparado.

En estos días el tiempo anulado permite que los difuntos muestren que siguen existiendo como ánimas o pixán, para regresar a sus hogares, como si nunca hubiesen salido de ellas, cumpliendo así su cita anual con parientes y amigos tras recorrer el camino desde el cementerio hasta llegar a casa.

Llegan de manera sencilla, con la cara pálida, ropas blancas, como blanca es la mortaja que los vistió al final, con el semblante adusto y portando una vela que los conducirá por el camino. No transitan en dolor, sino con el gusto de visitar a sus familiares y amigos, sabiendo que no han sido olvidados. Son hijos del Mayab, la tierra mágica.

Para los mayas no existía una fecha fija del regreso de los muertos, pero sabían que existía un peregrinar constante entre los niveles del inframundo y este, hasta que quienes ya partieron alcanzaban su destino final. La evangelización conjugó las costumbres ancestrales con las tradiciones cristianas y surgió la costumbre del Hanal Pixán, la comida de ánimas.

Pero al ser el Mayab una tierra hospitalaria, también se le ha dado cabida dentro del Hanal Pixán a caracterizaciones relacionadas con la Muerte Catrina, del centro del país, pero aquí rodeadas por los pixanes, las catrinas visten de mestizas y se regodean con los olores y sabores de Yucatán.

La Procesión de Ánimas en estas fechas de Hanal Pixán es un retorno y los vivos saben que del 31 de octubre al dos de noviembre los muertos reciben el permiso para visitar este mundo. Cuando no se les prepara nada, ellos mismos pueden preparar las cosas y sentarse a comer en la casa donde fueron ignorados, para enseñarles qué es lo deben hacer el próximo año.

También se dice que quienes mueren en noviembre, no se van inmediatamente, sino que deben esperar a que concluya el mes para llevarse cargando las ofrendas y velas de los demás difuntos.

Los incrédulos…, si esperan en las noches adecuadas, podrán ver la Procesión de Ánimas, con las velas encendidas… Y deberán tener cuidado no tomar la vela amarilla que alguna de las ánimas le puede ofrecer.

Recordémoslos y preparemos todo para recibirlos de nuevo el próximo año.

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LV

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