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Opinión

Occidente y Oriente no están en guerra

Occidente y Oriente son el conjunto que forma la humanidad, nunca han estado en guerra y su destino verdadero es marchar hacia metas comunes

La guerra en Ucrania ha generado una extraña narrativa, según la cual se trata de una confrontación armada entre Rusia y el “Occidente colectivo”, una categoría que nadie sabe quién puso en circulación, pero que es utilizada para instalar la idea de que se trata de una confrontación con un “Oriente colectivo” que no existe.

Occidente es una expresión sumamente plástica que no se limita a entornos geográficos específicos. En su origen aludió a las culturas de base cristiana y hoy se extiende a los países en los cuales predomina el liberalismo económico, político y cultural, rige la democracia liberal y se ha establecido el capitalismo, todo lo cual da lugar a una cierta homogeneidad ideológica y política, y a metas sociales compartidas.

Lo que llamamos “Occidente”, no es una organización ni una entidad política sino una entelequia de matriz aristotélica referida a un todo, a fines y objetivos comunes y a algo cercano a una matriz o un zurrón. Ser occidental es pertenecer a un entorno y a un enfoque cultural que no indica superioridad, pero distingue... para bien.

La riqueza del término Occidente y su contenido civilizatorio y cultural, lo hacen atractivo para países geográficamente alejados de Europa y de América tales como Japón y Corea del Sur, así como naciones del Oriente Medio en los cuales predomina la fe musulmana. Entre ellos pudieran citarse, a Líbano, Irán, Siria, Turquía, Egipto y otros, en los cuales el estilo de vida, las prácticas políticas y los enfoques ideológicos liberales son aceptados y practicados o constituyen una aspiración.

Contrario a esta realidad, sobreviven enfoques que consideran pecaminosas costumbres universalmente tenidas por apropiadas y que por considerarse “Occidentales” se critican se prohíben, incluso se reprimen llegando extremos de no permitir a las niñas, a las jóvenes y a las mujeres estudiar, trabajar ni desempeñar funciones públicas, llegando a encarcelarlas por no usar velos o mostrar sus cabellos.

Francamente no sé cómo entienden algunos ideólogos la pretendida hostilidad del “Occidente global”, cuando hasta muy poco se esforzaban por integrar a Rusia al mismo, condición por la que la potencia eslava se esfuerza desde que dejó de encabezar a la Unión Soviética, aspiración que no constituye una novedad, en tanto que Rusia es geográficamente europea y el núcleo de su civilización también lo es.

Antes de establecerse el ateísmo como política de Estado, la religión predominante en Rusia era el cristianismo, que ha reverdecido, y la capital del Imperio, San Petersburgo, fue siempre una magnífica urbe Occidental. Varios zares rusos se destacaron por sus esfuerzos para occidentalizar a Rusia, en la cual, entre otras expresiones culturales selectas, se divulgaron las lenguas francesa y alemana, se asimiló la ciencia y se importaron tecnologías.

El destacado periodista español Xavier Mas Xaxás escribió: “Europa no es Europa sin Rusia y Rusia no es Rusia sin Europa. Así mismo, citó al presidente francés, Emmanuel Macron, quien expresó: “Hemos de estar preparados para el día en que Rusia vuelva a ser parte de Europa...” Aunque sea de Perogrullo, pudiera añadirse que tanto como Rusia, Ucrania es europea y Occidental.

Obviamente, se trata de una manipulación que intenta hacer creer que la guerra en Ucrania se libra contra “Occidente global” y tiene como finalidad crear un “nuevo orden internacional” que sustituya al que tiene como núcleo a Occidente; esfuerzo que estaría liderado por una especie de alianza de países no Occidentales, lo cual es una expectativa existente sólo en la mente de quienes tratan de justificar la guerra, atribuyéndole fines que no tiene y no pudiera alcanzar.

No tengo nada contra la idea de acuñar el concepto de “Occidente global”, pero creo que en caso de existir incluiría toda Europa y no sería una entidad bélica como tampoco lo es el “Oriente”, término aceptable cuando se utiliza para nombrar pueblos situados en áreas geográficas determinadas que, como China, India y otras naciones y países son elementos esenciales de la civilización universal, actores claves de la globalización y de ninguna manera asociaciones bélicas.

Occidente y Oriente son el conjunto que forma la humanidad, nunca han estado en guerra y su destino verdadero es marchar hacia metas comunes ligadas al progreso y la paz. Tratar de confrontarlos es un cometido que ha fallado varias veces. Luego las recordaré.

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