La Feria de las Lenguas Indígenas Nacionales (FLIN) que se celebró hace unos días en la antigua Noj Kaaj Sata Cruz Xbáalam Naj, actual Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo, fue un evento oportuno y que nos recuerda la importancia de continuar la rearticulación del pueblo maya, ya que en él pudimos encontrarnos nuevamente personas mayas de la Península de Yucatán con las de Belice y Guatemala, somos la gran zona o gran área Maya.
No se había realizado un evento de tal magnitud en Carrillo Puerto desde hacía mucho tiempo, tal vez desde 2005, cuando fuimos organizadores y anfitriones de 250 representantes de pueblos, organizaciones e instituciones mayas de México, Guatemala y Belice, al celebrarse el Quinto Encuentro Lingüístico y Cultural del Pueblo Maya, mismo que inició en la antigua capital maya cruzo’ob y finalizó enfrente del Nojoch Mul de Cobá. Realizar ahora el FLIN23 para celebrar nuevamente el Día Internacional de los Pueblos Indígenas con tal participación fue muy oportuno, ya que se efectúa precisamente cuando existe la especulación de que el Gobierno federal insistirá en incorporar al Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali) al INPI, lo que significaría prácticamente hacerlo morir de inanición, si tomamos en cuenta que este último ha sido víctima de la drástica reducción de su presupuesto, pese a que su director general y representantes en los estados han servido fiel y noblemente las órdenes del Presidente.
Hace unos días el destacado poeta maya Jorge Cocom Pech alertaba sobre este peligro a través de un artículo publicado en las redes sociales, afirmando que el Inali sigue en riesgo de desaparecer sin haber cumplido todos sus objetivos estratégicos.
Y los más preocupantes es que funcionarios cercanos al Presidente le dijeron, según comenta, que al parecer “nadie se interesa por defender al Inali”.
Una de las razones por las cuales no debemos permitir que ocurra la desaparición del Inali es la notable participación que hubo en la reciente FLIN, efectuada en este municipio.
En importante hacer notar que en su séptima edición participaron lingüistas, antropólogos, gestores y promotores lingüísticos, docentes de educación indígena, traductores e intérpretes, músicos, escritores, cronistas y conferencistas mayas en su gran mayoría.
Las lenguas mayenses, varias de las cuales son binacionales, fueron eje central en los análisis, conversatorios y presentación de proyectos comunitarios que preservan, desarrollan, promocionan y difunden los idiomas de pueblos mayas de esta gran región. Y en los trabajos fue notable de nuevo, como en otros encuentros similares, la perspectiva comunitaria y no individual, el modo de ser de nuestros pueblos. Así pudimos conversar nuevamente con el nojoch suku’un Cecilio Tuyuc Sucuc, de la Academia de Lenguas Mayas de Guatemala, que participó en el panel “El Plan de Desarrollo Lingüístico de la Academia de la Lengua y Cultura Mayas de Quintana Roo (Acamaya): hacia dónde va”.
En el panel participaron otros destacados láakes como Fidencio Briceño, Miriam Morales Xool y José Manuel Poot Cahum, y en él se mencionó la urgencia de sumar programas que planifiquen la enseñanza de la lengua en los pueblos y comunidades y que en estas acciones deben participar instituciones y organizaciones ligadas a los medios de comunicación.
Pero lo más importante: para que la maayat’aan se mantenga viva las y los hablantes deben promover su uso en todos los ámbitos de la vida pública y privada, subrayando la necesidad de que se haga una transmisión generacional desde la propia casa.
Otros importantes talleres que se realizaron fueron: “Ach’ ch’ieietik; tsotsiles en el mundo digital”, “Creación de material didáctico en Bats’il k’op pertinente al desarrollo de la primera infancia”, “Normativa Legal en Protección al Idioma Materno o Idioma Indígena”, “Material didáctico para el fortalecimiento de la enseñanza de la lengua maya mediante el aprender-haciendo”, “Úuchben ts’íib ti’al túumben Kaaj / Maya antiguo para el pueblo contemporáneo”, “Snichimal jbats’i k’optik: Un diálogo desde la lingüística antropológica”. Hubo varias interesantes y valiosas presentaciones como las de “Materiales para la enseñanza y difusión de las lenguas ch’ol, yokota’n, zoque y ayapaneco”; del proyecto “Trabajemos juntos para sembrar en la Casa Escolar de la Niñez Indígena” y de dos libros “K sóolil, k miatsil puksi’ik’al” y “Libros artesanales en lengua maya”.
Con todo lo descrito, que está en desarrollo y plena vigencia como fue enseñado y compartido durante esta FLIN, ¿será que deba seguirse insistiendo en la desaparición de Inali? Este instituto es resultado de la lucha de pueblos y organizaciones indígenas, no un obsequio del Gobierno federal, y aún tiene mucho por hacer para lograr el desarrollo pleno de los objetivos para los que fue creado, el principal: seguir apoyando el desarrollo y uso de nuestras lenguas indígenas nacionales en todos los ámbitos, público y privado, en todos los medios de comunicación, en todos los servicios institucionales, las voces de los pueblos indígenas deben estar en los tres poderes y todos los niveles de gobierno a través de representantes auténticos.
Todo eso le corresponde dirigir al Inali y la muestra más reciente fue este FLIN23 realizado en el corazón de la zona maya, con el Instituto de las Culturas y las Artes de Quintana Roo, Acamaya, colectivos diversos y autoridades municipales.
Las siete ediciones del FLIN han servido como espacios de encuentro y diálogo para analizar la situación de las lenguas de la región, elaborar propuestas para su normalización y fortalecimiento, mantener el intercambio cultural y artístico, continuar los conversatorios sobre problemáticas y celebraciones vigentes como “La Festividad de la Santa Cruz–Xbáalam Naj y la importancia de la tradición oral”, en la que participamos junto con Ángela Paredes Ortega, Marcelo Jiménez Santos y Salomón Bazbaz.
Además, se presentaron libros como “U ts’íibilo’ob cháak yéetel iik’/ Los escritos de la lluvia y el viento”, de Wildernain Villegas y “Tin Tusaj in walak ‘jmiis / Le engañé a mi gato” de Feliciano Sánchez Chan, y la exposición poética “Sakalbil woojo’ob Palabras tejidas” del colectivo Xkusamo’ob; proyectos como el de “Taller y presentación de la plataforma digital T’aantsil, el corpus de la lengua maya”.
Fueron excelentes actividades como el concierto “Kiilbaal maya paax: El sonido de la música maya”; teatro “La partería” y “Danza de la Jícara”, y la presentación del material para “Uso de las TIC para la enseñanza de lenguas originarias: Maya I. Aplicación beta para Android”.
Este último evento a cargo de Vicente Canché, y moderado por María Elisa Chavarrea, demuestra que las lenguas indígenas nacionales ya se encuentran en uso en las nuevas herramientas tecnológicas digitales.
El concierto “De tradición y nuevas rolas presentación del cancionero 2022” con la participación de los grupos Yaalen K’uj, LA2C, Zona Maya, Ik ‘al Ajaw y Diego Cahum Poot, todos en el género de hip hop maya y Pat Boy con su rap maya.
El cierre con el concierto de reggae-fusión con la participación de los grupos Wayaneen, de Campeche; Chan Santa Roots, de Quintana Roo, y Juumil Moots de Yucatán, todo, tuláakal, fue una nojoch muestra de lenguas y culturas vivas. Weyanone’, kuxa’anon.
Pero siempre se requerirá del respaldo de Inali, un instituto por el cual luchamos y debemos procurar siga activo, al servicio de todos los pueblos indígenas de nuestro país plurietnico y pluricultural.
Por todo lo anterior y muchas actividades más que se realizaron en el FLIN23, estoy convencido de que lo hecho por la Academia de la Lengua y Cultura Mayas de Quintana Roo (Acamaya) desde su fundación en 2001 ha sido importante. Vale recordar que fuimos quienes exigimos en marzo de 2003 que se publicara en el Diario Oficial de la Federación el decreto que crea la Ley General de derechos lingüísticos de los pueblos indígenas, misma que dispuso crear el Inali.
Cuando el Gobierno federal mexicano omitía su aplicación, el 9 de agosto de 2004 en la declaratoria final del Cuarto Encuentro Lingüístico y Cultural del Pueblo Maya celebrado en Guatemala, junto con otras demandas planteadas a presidentes de los países establecidos en el área maya, exigimos se nombrase ya al director general de Inali, pues había pasado más de un año de la publicación de la Ley general y no se cumplía.
La designación de Fernando Nava como primer director se hizo mes y medio después. Así que siempre hemos sido puntuales en la observancia y aplicación de los derechos por los que hemos luchado como otras muchas personas y organizaciones durante años.
Por ello es importante también que se haya firmado un convenio de colaboración entre el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, (Inali) y el Instituto de las Culturas y las Artes de Quintana Roo (ICA), con el fin de garantizar el ejercicio de los derechos lingüísticos de pueblos y comunidades mayas.
Así que espero vernos nuevamente en el FLIN24.
Cronista de Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo