
Ayer que se festejó el Día del Clima, mucha gente me preguntó cuáles sería las repercusiones más importantes para nuestra tierra del Mayab por el problema que padecemos por el calentamiento global, o de plano nos afectaría poco.
Desde luego que nos afectaría, de hecho ya tenemos algunas afectaciones hoy día, como el rebosamiento del acuífero, fenómeno que vino para quedarse, ya que sucederá cada determinado tiempo cuando se presenten lluvias extraordinarias causadas sobre todo por ciclones tropicales, ya sabemos qué zonas son las más susceptibles de inundarse y qué decir de las afectaciones que sufren los que viven en Mérida, principalmente en el Norte, Noroeste, Oeste, Suroeste y parte del Sur de la ciudad, con la presencia de fenómenos meteorológicos extremos que se irán presentando en esas zonas, pues tienen menos árboles y áreas verdes, son espacios con más zonas habitacionales, demasiado concreto y pavimento, hospitales importantes, centros escolares grandes, aeropuerto, Ciudad Industrial, todo eso conlleva a crear un movimiento de personas, que se traduce en un exagerado movimiento de automotores, la suma de todo lo anterior es la generación de mucho calor, lo que hace que cualquier fenómeno atmosférico ocurra de forma violenta y al darse de esta forma se le conoce como Fenómeno Meteorológico Extremo, que pone en peligro la vida de los seres humanos y causa daños a la infraestructura urbana. Ya se dijo que estos fenómenos forman parte de una nueva modalidad en el mundo.
Hay otros problemas que se tendrían con la elevación del nivel del mar, uno de ellos afectaría directamente a nuestros acuíferos, que representan la única forma que tenemos de abastecernos de este recurso para el consumo y uso humano; por si no lo saben, nuestros mantos de agua dulce almacenados debajo de nosotros, que conocemos como acuíferos, entran en contacto directo con el agua de mar y si esta eleva su nivel, lógicamente habría una entrada de agua salada a nuestro acuífero, lo que significaría que nuestra única fuente de consumo y uso humano se contaminaría, ya no se podría utilizar y habría que echar mano de zonas mucho más lejanas de donde obtenemos nuestra fuente de agua, mucho más al Sur, con el consiguiente costo en la infraestructura y bombeo a Mérida, para empezar. Ya se han hecho estudios para ubicar otras fuentes de agua dulce en caso de que ocurriera la contaminación por agua salada de nuestros acuíferos, pero estas quedan a distancias muy lejanas de las zonas urbanas cercanas a la costa.
Otro problema son los grandes y poderosos huracanes categoría cinco que pudieran afectarnos en el futuro, pues causan graves destrucciones y si con el cambio climático serán más frecuentes y de lento movimiento, la destrucción sería en grado muy alto las zonas afectadas, como lo fue la grave amenaza del huracán explosivo que nos amenazó el año pasado: Milton.
Otro problema que presentaría el posible rebose del acuífero, pero ahora por intrusión de agua salada del mar por debajo, que sobre elevaría los niveles de líquido subterráneo, lo que ocurrió por el exceso de lluvias.
Como verán, sí seriamos severamente afectados en Yucatán por estar casi al nivel del mar y topográficamente no muy altos. Primero se decía que este avance de la inundación empezaría a notarse en 100 años, luego que en 50; ya se está comentando que ahora sería a partir del año 2030, muy pronto.