De la Redacción
CHETUMAL, 27 de octubre.- La franja fronteriza entre Quintana Roo y Belice se ha convertido en un punto estratégico para el paso de droga con rumbo a los Estados Unidos, por tratarse de una zona poco vigilada y que, por sus condiciones rurales de múltiples caminos sacacosechas y extensos campos de cultivo, es ideal para las operaciones de los narcotraficantes, quienes en este 2018 han intensificado y extendido sus actividades ilegales, al grado de reportarse un promedio de 3 narcoavionetas que aterrizan y despegan cada semana.
De hecho, las narcoavionetas comienzan a buscar caminos en el interior de la Península de Yucatán, ya no sólo operan en las inmediaciones del río Hondo, del lado mexicano o beliceño, sino que procuran sitios en las colindancias de Quintana Roo con Campeche, como sucedió recientemente cerca del ejido Río Verde, en el municipio Bacalar, donde se detectó una narcoavioneta quemada y destruida.
Los narcotraficantes operan con suma facilidad en este punto fronterizo y están extendiendo sus operaciones al interior de la península, aterrizando las aeronaves en campos y caminos que son habilitados como pistas clandestinas, donde descargan la droga que tiene como destino final los Estados Unidos. Posteriormente, despegan y regresan a los lugares de donde proceden, donde vuelven a ser cargadas de estupefacientes y repiten el proceso, por lo menos 3 veces por semana.
Aquellos artefactos que se descomponen y ya no pueden despegar son incendiados para destruir las evidencias de la actividad ilegal de tráfico del narcotráfico, aunque se tiene un par de casos donde se hizo la detención de presuntos implicados y se aseguraron las avionetas en buenas condiciones. Además, sólo se ha sabido de un incidente en el que la droga pudo ser decomisada.
Por sus características de poca o nula vigilancia, así como por tener grandes áreas de pastizales y terrenos que se usan para los cultivo, además de muchos caminos sacacosechas convertidos en pistas clandestinas de narcoavionetas, esta región fronteriza es conocida por ser un punto estratégico para el trasiego de droga entre Belice y México, siendo ya muy comunes los reportes de aviones sospechosos que sobrevuelan, aterrizan o incluso se accidentan en el lugar.
El Cartel de Sinaloa, que tiene como operador en la Península de Yucatán a Roberto N.G., alias “La Gallina”, mantiene el control del trasiego de droga en la frontera México-Belice y la costa sur de Quintana Roo.
Desde el 2017 se mantiene muy activa la ruta de la droga en esta región fronteriza, pero este año se ha intensificado, utilizando caminos rurales y hasta carreteras de Belice para bajar las aeronaves y luego introducir la droga a México atravesando el río Hondo, cerca del punto trino que marca la frontera México-Belice-Guatemala, aprovechando los puntos ciegos de nula vigilancia.
El Cartel de Sinaloa opera con base en Chetumal y sus actividades se extienden a Belice, donde controla la zona de Blue Creek, área de las localidades menonitas cercanas a La Unión, Quintana Roo, pues inclusive se han encontrado avionetas útiles para el traslado de cargamentos de cocaína resguardadas en algunos de sus ranchos.
La zona de operación para la descarga de drogas también abarca la parte sur del río Hondo, desde San Francisco Botes a La Unión, donde actualmente se practica el bombardeo de paquetes de droga en el río, en sobrevuelos rasantes, para que luego sean recogidos por medio de lanchas.
De acuerdo con información de corporaciones de la fuerza pública, el trasiego aéreo de droga en la frontera México-Belice se ha intensificado este año, contándose en lo que va del 2018 un promedio de 3 narcoavionetas por semana.
Asimismo, apenas el pasado primero de septiembre de 2018, como resultado del aumento en la frecuencia de avistamientos y aterrizajes de avionetas que transportan droga en la frontera México-Belice, el Departamento de Policía y el ejército beliceño implementaron fuertes operativos antidrogas en los distritos fronterizos Orange Walk y Corozal.
En ese entonces, el comandante de operaciones de la Policía de Belice, Chester Williams, explicó que el operativo antidrogas, con ayuda de la Fuerza de Defensa de Belice (BDF por sus siglas en inglés), consiste en peinar o investigar toda la zona norte en los distritos de Orange Walk y Corozal, que es donde ha aumentado el registro de avistamientos y aterrizajes no autorizados de aviones sospechosos, muchos de ellos que transportan droga y otros tipos de cargamentos ilegales.
Narcoavionetas detectadas
Como parte de los primeros resultados, esta lucha contra el narcotráfico en suelo beliceño arrojó media tonelada de cocaína y una avioneta Cessna aseguradas, así como cuatro detenidos, entre ellos un policía de Belice y dos mexicanos, estos últimos identificados como Eli Figueroa Núñez y Azarías Silverio Manzano, quienes presuntamente participaron en la logística del aterrizaje.
Los hechos ocurrieron poco antes de la medianoche del pasado 9 de septiembre, en el área conocida como Tres Leguas, cerca de Blue Creek, en el distrito Orange Walk, Belice, el cual se encuentra muy cerca del poblado mexicano La Unión, en la zona fronteriza de la ribera del río Hondo.
La droga asegurada reportó en 556 kilos de cocaína, distribuidos en 25 paquetes, con un valor estimado de 7 millones de dólares estadounidenses, es decir, unos 140 millones de pesos mexicanos.
Se trata del primer aseguramiento de mercancía de una narcoavioneta en el último año, ya que hasta el momento en los operativos sólo se encontraban aeronaves abandonadas o siniestradas, generando sospechas de complicidad de las autoridades beliceñas.
El 30 de agosto del año en curso, en los límites de Quintana Roo con Campeche, una narcoavioneta quemada y destruida fue localizada por el Ejército Mexicano (Sedena), la Armada de México (Semar) y corporaciones policiales estatales, en un camino sacacosechas a cuatro kilómetros y medio del poblado Payo Obispo, en el municipio de Bacalar, entre las 13:30 y 14:00 horas.
Ahí se presume que narcotraficantes descargaron de 700 a un mil 500 kilos de droga, que son los que pueden cargar estos artefactos, los cuales fueron sacados o escondidos en la zona en cuestión de minutos, ya que cuando la avioneta fue hallada ya se encontraba quemada y totalmente vacía, pero con indicios de que transportaba un cargamento ilegal.
Otro caso similar ocurrió el pasado 15 de agosto, cuando autoridades beliceñas descubrieron una avioneta incinerada muy cerca de la estación de policía de Blue Creek, distrito de Orange Walk, en Belice, que se ubica a menos de un kilómetro del poblado La Unión, en Quintana Roo, siendo una zona conocida por el constante avistamiento y aterrizaje de narcoavionetas.
Se presume que el avión descargó gran cantidad de droga en las obscuras aguas del río Hondo, por lo que las autoridades de Belice, y también las mexicanas, tomaron cartas en el asunto.
De hecho, en marzo pasado, una narcoavioneta fue encontrada en la misma área de Blue Creek, distrito de Orange Walk, cerca del poblado mexicano La Unión, en la ribera del río Hondo, como evidencia de una operación de descarga de drogas en la frontera con México, en la que según testigos, participaron dos aeronaves, una de las cuales pudo tomar el vuelo, mientras que la hallada ya no pudo despegar por daños que sufrió al realizar un aterrizaje descompuesto.
Otro incidente tuvo lugar el 31 de mayo de este año, cuando otra narcoavioneta, al parecer procedente de Colombia, descargó gran cantidad de droga en las aguas del río Hondo, entre los poblados La Unión y Revolución. La presunta narcoavioneta después de descargar la droga se elevó nuevamente, para aterrizar en algún punto de Belice o de territorio mexicano, donde cargó combustible y pudo regresar a su lugar de origen.
El 25 de febrero de este mismo año, se encontró un avión quemado en Indian Creek, Orange Walk, y el 26 de febrero, un día después, se encontró otro en las mismas condiciones en Libertad, distrito de Corozal; se presume que ambos artefactos están relacionados con el tráfico de drogas.
Otro de los narcoaterrizajes más recientes tuvo lugar en noviembre de 2017, cuando se descubrieron restos quemados de una avioneta en una zona de maizales cerca de Hill Bank, distrito de Orange Walk.
Todos estos hechos indican que los narcotraficantes están viendo vía libre para operar en Belice, tomando al país como una gran pista de aterrizaje, debido al relativo aislamiento de sus vías de comunicación y a su cercanía con la poco vigilada y larga frontera con México.
Los casos más recientes
Una avioneta tipo Cessna utilizada para el trasiego de al menos 700 kilos de cocaína aterrizó en los límites con Campeche, fue abandonada y quemada en medio de un campo de cultivo de soya por traficantes, luego de realizar su descarga durante la madrugada del pasado 25 de octubre, a 11 kilómetros del poblado Río Verde, municipio de Bacalar.
Con este caso se reveló un desvío de la ruta del tráfico de cocaína colombiana de la frontera México-Belice hacia la parte interior de la Península de Yucatán, en donde se encuentran localidades aisladas con nuevos caminos sacacosechas que son utilizados como narcopistas.
Asimismo, existen indicios de que la parcela donde se halló la avioneta tipo Cessna, matrícula N335PG, no fue el mismo sitio donde aterrizó, sino que pudo haber sido remolcada por un tractor hasta el sembradío de soya, donde luego los narcotraficantes la destruyeron prendiéndole fuego.
De manera simultánea y durante la madrugada de ese mismo día, los narcotraficantes aterrizaron y quemaron otra avioneta en Belice, en las afueras del poblado Progresso, distrito de Corozal, muy cerca de la frontera mexicana.
Aunque no ha sido confirmado de manera oficial, se tienen versiones de que el artefacto transportaba un fuerte cargamento de droga procedente de Colombia, el cual fue recuperado exitosamente por un grupo de personas que ya esperaba el descenso de la avioneta, quienes procedieron a prenderle fuego para borrar todo tipo de evidencias.
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