Por Gerardo Reynoso
La afluencia del Museo Maya de Cancún creció en 28 por ciento en comparación con el 2017, de acuerdo con la encargada del despacho del Museo, Ximena Arrellano.
Señaló que este incremento se debe principalmente a las actividades realizadas que se enfocaron en promover la cultura general.
Sin embargo, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), hasta noviembre de este año, la cifra de visitantes a ese recinto era de 63 mil 494 personas, mientras que en el mismo periodo de 2017 sumaban 53 mil 79, lo que representa un incremento del 19.6 por ciento.
Entre las actividades realizadas están los talleres de manualidades, las entradas gratuitas al Museo los fines de semana, shows culturales, como la presentación de “Imagine Puerto Morelos”, Live Music & Acrobatic Performances, un circo de Puerto Morelos, en el que participan acróbatas de diferentes partes de México, quienes ofrecen funciones gratuitas en algunos espacios culturales, y en esta ocasión se presentaron en el Museo Maya de Cancún, donde cerraron el 2018 con más de 180 asistentes.
En 2019 se espera continuar con más actividades, las cuales conocerán mediante redes sociales o medios de comunicación, al igual que los días que se llevarán a cabo.
Igualmente, se espera que un mayor el porcentaje de la población muestre interés por el patrimonio cultural de Quintana Roo.
Por último, dijo que la agenda cultural del 2018 concluyó con la presentación del circo, y señaló que la agenda cultural del 2018 concluyó con la presentación del circo, y señaló que la del 2019 iniciará con una exposición en enero, la cual se dará a conocer en los próximos días.
Cabe señalar que el espacio de exhibición del museo se encuentra desplantado a ocho metros de altura, e incluye tres volúmenes de pabellones de exhibición.
Las salas de exhibición están confinadas dentro de los muros que definen también los andadores circundantes y cuentan con espacios recubiertos con vidrio de alta resistencia a los huracanes, que permiten una magnífica vista de la selva de San Miguelito y la Laguna Nichupté.
El acceso a los espacios museográficos se realiza a través de dos rampas, una helicoidal y otra recta, ubicadas en ambos extremos de las salas; también existen dos elevadores panorámicos.
La visita también incluye el acceso a la zona arqueológica de San Miguelito, a través de un sendero que parte del corredor inferior del Museo, se llega a este sitio compuesto por al menos cuatro conjuntos conformados principalmente por estructuras que sostenían casas de madera y palma, en las que vivían posiblemente diversas familias extensas durante los últimos años previos a la llegada de los conquistadores españoles.
Los conjuntos más importantes están presididos por palacios con amplios espacios interiores, y un vestíbulo con columnas que sostenían un techo plano, una innovación arquitectónica características de los edificios construidos entre los siglos XIII y XVI en la costa oriental de Quintana Roo. Estos edificios tenían funciones públicas, pues eran recintos abiertos, equipados con banquetas, dispuestos frente a un adoratorio, en el que se realizaban ceremonias y celebraciones en la que participaba la población.
La estructura más importante de San Miguelito es un basamento que fue remodelado al menos tres veces durante su ocupación prehispánica, sobre el cual se preservan los restos de un templo, que en su tiempo estaba decorado con una cornisa y pintado predominantemente en rojo y azul. El basamento tiene una escalera con alfardas, muy característica del período postclásico y mira hacia un conjunto de estructuras que, a partir de la orientación de la pirámide, parecerían haber estado relacionadas con el sitio de El Rey.