Por Yolanda Gutiérrez
A una semana de celebrarse las festividades alusivas al Día de Muertos, los panteones de Cancún muestran la mejor de sus caras, lucen despejados de malas hierbas y los deudos de quienes se nos adelantaron empiezan a dar una manita de gato a las bóvedas bajo las que descansan sus seres queridos, en tanto que cuadrillas de trabajadores del ayuntamiento se abocan a trabajos de mantenimiento en el cementerio municipal de Los Olivos. Alrededor de 100 familias han acudido en los últimos días a Los Olivos con objeto de hacer una limpieza profunda a las tumbas, disponer ramos de flores frescas, reparar bóvedas quebradas y pasar un tiempo acompañando a quienes se adelantaron en el camino, según informaciones proporcionadas por el personal que labora en las instalaciones.
Uno de los trabajadores con quien se platicó mencionó que los días laborables no suele registrarse una buena afluencia en el cementerio, salvo los domingos, cuando, aunque no estén cerca las festividades del Día de Muertos, es bastante común que las familias acudan a cambiar las flores y, si lo amerita, lavar o pintar las bóvedas.
En Los Olivos eran más los trabajadores del ayuntamiento que realizaban labores de limpieza y construcción de gavetas que los deudos que acudieron a visitar a sus parientes que se adelantaron; según los empleados municipales, por lo general es cuando faltan dos o tres días para los festejos del Día de Muertos cuando el cementerio se llena de familias cargadas con cubetas, botes de pintura, cepillos y ramos de flores para engalanar las bóvedas.
Se aprecia un fuerte contaste entre los trabajos de pavimentación de la avenida principal que se llevaron a cabo durante la pasada administración y el resto de las labores de petrolización de la vialidad, que llegan hasta el acceso de la avenida Nichupté.
El primer tramo está impecable, casi como si recién hubiesen concluido los trabajos, en tanto que el segundo presenta un aspecto lamentable, con el pavimento raspado a causa del paso de las carros fúnebres, en virtud que sólo se aplanó el sascab y se dio una leve mano de chapopote, que a estas alturas despareció en buena parte.
No puede criticarse la limpieza general de las instalaciones, en virtud que prácticamente todos los pasillos de Los Olivos se encontraban despejados de maleza y no se apreciaron grandes cantidades de basura alrededor de la barda, como solía ser habitual.
Se observó que prácticamente ya está todo preparado para recibir a los cientos de familias que se espera visiten a sus finados durante las festividades alusivas al Día de Muertos, aunque los esfuerzos quedan empañados por las sepulturas deterioradas y bóvedas sin tapa, algunas de las cuales proyectan una macabra visión en virtud que se aprecian cráneos y otras partes de osamentas, amarillentas por el paso del tiempo.