Por Gerardo Reynoso
El primer corte de estadísticas de cara al final del año, no es positivo para el sector hotelero de Quintana Roo ni para el país en general, debido a una caída de hasta el 12 por ciento en precio de tarifas.
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles, AMHM, el impacto más negativo se ha registrado en la Península de Yucatán, donde se ubica el Caribe mexicano, durante el último trimestre del año.
En esta zona la caída va del orden del 12 al 15 por ciento, por ello es que en Quintana Roo las Asociaciones de Hoteles tanto de Cancún y Puerto Morelos, así como la de Riviera Maya, han señalado que será un cierre forzoso el 2019.
Por ejemplo, la Asociación de Hoteles de la Riviera Maya (AHRM) anticipa un cierre de año con 77 por ciento de ocupación promedio, tres puntos debajo de 2018 y un descenso de 5 por ciento en tarifas.
El mercado europeo también ha disminuido este año, pasando de un 50% a un 30%. Esto ha afectado a la ocupación de los pequeños hoteles de Playa del Carmen, al alcanzar únicamente mil 50 habitaciones en verano, 700 cuartos menos que el año anterior.
“Necesitamos revisar la autorización de condominios y nuevas ofertas de alojamiento en materia ambiental, urbana y turística porque estamos incrementando la oferta, pero no la llegada de visitantes”, ha señalado Conrad Bergwerf, presidente del organismo, en referencia al anuncio del proyecto Grand Island Cancún, de 3 mil habitaciones.
El líder hotelero también hace hincapié en el “daño” que han causado las rentas vacacionales y ha insistido en que se regularicen las plataformas de alquiler vacacional. “Todo lo que se construye en Playa del Carmen es para renta vacacional, el gobierno debería poner orden y hacer que empiecen a pagar impuestos porque deben contribuir económicamente a garantizar la llegada de turistas”, ha indicado.
Por su parte, la Asociación de Hoteles de Cancún y Puerto Morelos sostiene que la ocupación en ambos destinos podría llegar a ser del 80 al 88 por ciento en el peor de los escenarios.
Lo anterior se debe a que por ahora la caída en cuanto a tarifa se refiere, es un golpe duro para la hotelería nacional que busca recuperarse de todo el impacto negativo que ha dejado este año.
En ese punto, la industria hotelera de México ha registrado un impacto negativo en el tercer trimestre de 2019. La Península de Yucatán, donde se ubica el Caribe mexicano, ha sido una de las zonas más afectadas, con una caída del 12% en la tarifa diaria promedio (ADR) y un 15% en el ingreso por cuarto (RevPAR).
La ocupación en México ha caído un 3 por ciento, comparado con el tercer trimestre de 2018, mientras que la tasa diaria promedio ha bajado un 3.4 por ciento y los ingresos por habitación disponible un 6.3 por ciento. La ocupación ha sido la más baja desde 2013, debido a la afluencia de nuevos suministros y la falta de crecimiento de la demanda.
En cuanto a los índices regionales, el mercado México Central Sur ha experimentado un aumento en la ocupación de un 3.5 por ciento y un incremento de 4.5 por ciento en el RevPAR.
El noroeste de México ha registrado el mayor aumento en ADR, con un 5 por ciento, lo que ha resultado en el mayor aumento en RevPAR, con un 4.7 por ciento. México Central Norte, por su parte, ha sufrido la mayor caída en la ocupación con un 5.8 por ciento.
Los hoteles de toda la región del Caribe también han registrado una baja en los precios hoteleros, después de que transcurrieron meses de disminución en la ocupación, según los datos aportados. Estas caídas, tanto en la ocupación como en la ADR, han provocado que el RevPAR baje un 9 por ciento, la mayor disminución en la métrica este año.
Transcurridos seis meses consecutivos de disminución de la ocupación en el Caribe, los precios de habitaciones de hotel de la región disminuyeron en comparación con el pasado año y por primera vez en 2019.
En comparación con el mes de septiembre de 2018, la ocupación hotelera en el Caribe cayó un 6.2 por ciento a medida que la oferta aumentó un 3.3 por ciento y la demanda cayó un 3.1 por ciento, lo que probablemente se debió a los efectos del huracán Dorian y la persistente percepción que siguió al huracán.