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Megapuente no fue lo esperado

Por Eva Murillo

El puente largo quedó a deber a los prestadores de servicios de la zona de playas, pues a pesar de que la esperanza de un repunte en ventas estaba puesta en el domingo y lunes pasados, la afluencia de bañistas no fue la esperada, llegando incluso a parecer un día cualquiera de la semana.

Playa Gaviota Azul, playa Langosta, playa Tortugas y playa Delfines, son de las más visitadas de Cancún pero este lunes de asueto estuvieron semivacías, y el domingo lucieron peor, dijo el empleado de uno de los restaurantes del lugar mientras barría la arena acumulada en el piso de madera.

Y es que el clima no ayudó mucho, el viento estuvo frío y el cielo nublado, amenazando lluvias en cualquier momento, eso “espantó” a quienes planeaban visitar las playas, consideró el prestador de servicios quien confesó que el pasado domingo estuvo más frío el clima en la orilla del mar.

“Si el domingo estuvo flojo imagínese como estará el resto de este lunes, tomando en cuenta que mañana hay clases y hay que trabajar”, explicó.

Y el ambiente que hubo en las playas no dejaron lugar a dudas a lo que platicó, pues en playa Gaviota Azul los camastros que en un puente vacacional apenas y alcanzan para atender la demanda, esta vez ni siquiera fueron instalados, permanecieron doblados y amontonados sobre la arena.

Grandes espacios vacíos hubo hacia la zona de escolleras que hay en esa zona, y aunque cerca del medio día empezaron a llegar grupos de personas cargando hieleras y comida, sólo fueron “repuntes” momentáneos, pues conforme fue cayendo la tarde la esperanza de que llegara más gente desapareció ya que la temperatura ambiental disminuyó y el frío se sintió más.

En Playa Tortugas el primer indicio de que no había gente fue que el estacionamiento tenía lugares vacíos, en otros días no son suficientes para que los visitantes dejen sus vehículos.

En este lugar unas cuantas personas, la mayoría niños, estaban dentro del agua mientras sus padres los observaban desde afuera, sentados o recostados sobre la arena, volteando a cada rato hacia el cielo como tratando de pronosticar si llovería o no.

Los vendedores de paseos, artesanías y bebidas hicieron esfuerzos por tratar de obtener un cliente, pero la mayor parte de las veces fue inútil, ya que no hubo tanta gente como lo habían esperado.

En playa Langosta llamó la atención que la fila de autos para ingresar al estacionamiento apenas llegó a los cuatro vehículos y el tiempo de espera fue de aproximadamente 15 minutos, pues el clima frío hizo que los bañistas permanecieran menos tiempo en el agua y optaran por retirarse del lugar.

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