De la Redacción
Embolsado, envuelto en un cobertor, amarrado de pies y manos, con un alambre en el cuello y con 11 impactos de bala fue encontrado el cuerpo de un hombre la mañana de este miércoles, en un lote baldío de la Región 91.
En el lugar de los hechos, los peritos criminalistas localizaron y aseguraron 12 casquillos percutidos calibre .9 milímetros.
Con el hallazgo de este cuerpo, la cifra de ejecuciones en lo que va del año en Cancún se incrementó a un total de 113 casos.
Parecía una mañana normal y habitantes de la Región 91 salieron de sus casas como de costumbre. Algunos para ir a sus trabajos y otros para ir a dejar a sus hijos al colegio.
Quienes pasaron por un predio baldío de la calle 56 Poniente, entre las calles 63 y 65, vieron un “bulto” con manchas de sangre, que parecía un cuerpo humano; por lo que decidieron dar aviso al número de emergencias 911.
Elementos de la Policía Municipal llegaron al lugar para verificar el reporte y al acercarse vieron que, efectivamente, era el cuerpo de una persona, envuelto en una colcha, a la que se le veían manchas de sangre.
Paramédicos de la Cruz Roja llegaron también y tras revisar a la víctima, confirmaron que ya no contaba con signos vitales.
Así inició el protocolo y la zona fue acordonada, afectando la circulación vehicular alrededor del lugar por casi dos horas, pues fue hasta las 8:20 horas cuando llegaron peritos criminalistas.
Al acercarse al cuerpo vieron que estaba envuelto en una colcha de color blanco, y alrededor se encontraron 12 casquillos percutidos calibre .9 milímetros y tres ojivas metálicas.
Al descubrir el cadáver vieron que estaba amarrado de las manos hacia atrás, con una cuerda de colores blanco y rojo y con un calcetín negro.
En el cuello, tenía atado un alambre y los pies los tenía amarrados con una playera morada y con la misma cuerda de plástico.
Se trataba de un hombre de aproximadamente 24 años de edad, de complexión delgada, tez morena, estatura aproximada de 1.70 metros, el cual vestía con una playera gris con estampado de flores de colores al frente; short rojo, calcetines negros, boxer azul y rayas verdes, encontrando como única seña particular, un tatuaje en forma de la sombra de una muerte con una luna al fondo y una rosa en el brazo izquierdo.
El ahora occiso presentaba cuatro orificios de bala en el rostro, tres más en la frente, y cuatro más en la cabeza, además de que tenía desprendida la oreja izquierda.
Después de las diligencias correspondientes, los peritos levantaron el cuerpo para trasladarlo después al Servicio Médico Forense (Semefo) en donde permanece en calidad de desconocido, convirtiéndose en el ejecutado número 113 en lo que va de este año en Cancún.