Por Gabriel E. Manzanilla
CHETUMAL, 4 de marzo.- “La inseguridad está en las calles y no al interior de los negocios”, advirtió el presidente de la Unión de Propietarios de Restaurantes, Bares y Similares de Quintana Roo, Joaquín Noh Mayo, quien dijo que existe mucha inconformidad por la nueva Ley de Alcoholes, no sólo por el tema de los horarios, sino también por las exigencias de mayores mecanismos y protocolos de seguridad para que los negocios relacionados puedan funcionar.
El empresario señaló que, con el decreto número 300 por el que se reforman, derogan y adicionan diversas disposiciones de la Ley sobre Venta y Consumo de Bebidas Alcohólicas en el Estado de Quintana Roo, publicado en el Periódico Oficial del Estado el pasado 10 de enero, ahora se les quiere responsabilizar a los dueños de bares y restaurantes por los delitos que puedan ocurrir al interior de sus negocios, imponiéndoles duras sanciones que van desde la clausura temporal o definitiva del establecimiento, hasta la revocación de la licencia de bebidas alcohólicas.
“Tal parece que se está olvidando que los empresarios también somos víctimas de la delincuencia y ahora se nos quiere responsabilizar por la inseguridad que se vive en el estado, porque si se comete algún delito doloso en el establecimiento o en áreas públicas de acceso, se corre el riesgo de perder la licencia o de tener una clausura temporal o definitiva. Se tiene que dejar muy claro que la inseguridad está en las calles y no al interior de los negocios”, comentó Noh Mayo.
Mencionó que la nueva Ley de Alcoholes es muy injusta para el gremio de bares y restaurantes, no sólo por el tema de los horarios, sino porque además se les está cargando con estrictas y costosas medidas de seguridad para que puedan seguir funcionando. “Pretenden que los empresarios solucionemos el tema de la inseguridad, cuando hasta este momento las autoridades no pueden garantizar la tranquilidad en las calles”, sostuvo.
Aunque la ley se encuentra detenida y en proceso de revisión, el empresario recordó que para poder seguir vendiendo bebidas alcohólicas en horarios extraordinarios, no solamente se deberá cubrir el pago correspondiente, sino que además deberán contar con un dictamen de anuencia que acredite los lineamientos en seguridad técnica e interna, que contempla tener cámaras de vigilancia, arcos detectores, seguridad privada y demás elementos de seguridad y vigilancia que permitan su interconexión con el Centro de Comando, Control, Comunicaciones y Cómputo (C4).
“Los establecimientos de por sí ya contamos con medidas de seguridad, pero lo que se quiere hacer es blindar el interior de los negocios y pretender que los empresarios corramos con todo el gasto; cuando ya hemos insistido en que el problema delincuencial no está en nuestros negocios, sino que está afuera, en las calles, y sucede diariamente y a todas horas”, expresó Noh Mayo.
La Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan) está analizando ésta y otras peticiones hechas por el gremio quintanarroense de bares y restaurantes, por lo que existe el compromiso de que se formularán nuevas reformas en la materia, atendiendo con ello las inquietudes y sugerencias de los empresarios del ramo.
Por otro lado, el presidente de la Uprobars añadió que entre las peticiones está la de establecer un mayor control y regulación del consumo de alcohol en la vía pública, siendo algo que ni siquiera se contempló en las reformas aprobadas en diciembre pasado. “Nos exigen únicamente a los establecimientos formalmente establecidos, pero están dejando el camino libre para el clandestinaje y que se siga consumiendo alcohol en la vía pública, en zonas turísticas principalmente”, concluyó.
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