Por Luis Enrique Cauich
KANTUNILKIN, LAZARO CARDENAS, 18 de abril.- La parroquia de la Inmaculada Concepción volvió a recrear en la cabecera municipal, el episodio en el que Jesucristo lavó los pies de sus 12 discípulos, en el transcurso de la misa de la Cena del Señor, que fue presidida por el presbítero Francisco Hernández.
La misa programada para después de las 7:00 de la noche, congregó a decenas de fieles católicos, donde se recreó el Lavatorio de Pies y la escenificación de la Última Cena.
El cura indicó que ésta conmemoración del lavatorio de pies tiene como finalidad recordar el acontecimiento de la salvación del Señor Jesucristo y con ello, se da paso al Triduo Pascual que celebra los tres grandes misterios de la redención: la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.
“El Jueves Santo da la oportunidad a los católicos de meditar y de pensar en la institución de la Eucaristía y ahí Jesús demuestra que se quiere quedar con nosotros, no de una manera pasajera, efímera, sino que permanece realmente con nosotros, y lo hace a través del pan y el vino que se transforman en el cuerpo y la sangre de Jesús", dijo Francisco Hernández.
Ante los feligreses dijo que así como Jesús lavó los pies a sus discípulos el jueves por la noche en la cena de despedida, también nosotros debemos tener este tipo de gestos de amor y de misericordia con nuestros semejantes.
Comentó también que en este Jueves Santo se acostumbra dar gracias por el don del ministerio sacerdotal, ya que también se celebra el Día del Sacerdote y pidió orar por todos los sacerdotes de la Iglesia Universal, por los enfermos, por los que están pasando alguna situación difícil y también por los que ya han muerto.
Al rememorar la Última Cena de Jesús, emuló el lavatorio de pies, haciendo lo mismo con 12 personas de diversas edades, quienes representaron a los apóstoles, recordando el acto de humildad y el gesto de amor que realizó Cristo antes de compartir el pan y el vino, y que representa la imagen de un Dios que se hizo Hombre para librarnos del pecado, sostuvo el cura durante la homilía.
El guía religioso señaló que esta acción recuerda los actos de amor de Jesús, las palabras que proporcionó a los corazones abatidos, las curaciones realizadas a los enfermos, incluso el resucitar a los muertos, manifestaciones que constatan su amor por la humanidad de todos los tiempos.
En celebración especial para el pueblo católico que se realizó poco después de las 7:00 de la noche, se conmemoró también la institución de la Eucaristía y el sacerdocio, con la finalidad de que los feligreses tengan presente que así como Cristo mostró amor, los fieles también deben mostrar el amor fraternal.
La Eucaristía se celebró en la parroquia de la Inmaculada Concepción, donde el padre Francisco -una vez concluida la homilía- rememoró la humildad de Jesús y se colocó una toalla en los hombros y roció con agua los pies de 12 personas, como señal de que los siervos de Dios también son siervos de sus semejantes.