Por Eva Murillo
Hay temor de que las grandes acumulaciones de sargazo en el mar, generen modificaciones en el alimento por el que los tiburones ballena se agregan al Mar Caribe mexicano, reconoció Cristopher González Baca, director regional de la Conanp.
El Mar Caribe mexicano es una de las zonas en las que hay reportes de mayor número de estos animales, conocido como el gigante de los mares, pues es de las más ricas en alimento para la especie.
El tiburón ballena se establece donde encuentre plancton, que comparte con otras especies marinas que también se alimentan de esto, por eso los investigadores han resaltado la importancia de mantener en buen estado ambiental la parte norte del Mar Caribe mexicano.
Actualmente hay preocupación por los cambios que el sargazo genera en la calidad del agua de mar, y afecta la calidad o presencia del plancton con que el tiburón ballena se alimenta.
“Esperemos, y eso es algo que nos preocupa, que el tema del sargazo no afecte, ahorita no hemos tenido una evidencia clara de la afectación, pero lo que hemos tenido claro es que derivado de la presencia del sargazo y de su descomposición, empieza a haber alta presencia de dinoflagelados, un microorganismo causante de muchos fenómenos, uno de ellos las mareas rojas… la modificación a la calidad del agua que está haciendo el sargazo puede afectar la composición del fitoplancton que alimenta a los tiburones”, reconoció el director regional de la Conanp.
La temporada de agregación de la especie inicia en mayo y concluye en septiembre, la actividad turística generada en su alrededor significa importantes derramas económicas para los prestadores de servicios de Isla Mujeres y Holbox, que se dedican a ofrecer nados con la especie.
El tiburón ballena está clasificado como el pez existente más grande del mundo, pues llega a medir de 12 a 18 metros de largo y hay indicios de que habita la Tierra desde hace 60 millones de años.
México cuenta con el Área Natural Protegida Tiburón Ballena, localizada en el Caribe mexicano, en la costa norte de Quintana Roo, es la única reserva en el mundo enfocada a la conservación específica de esta especie.