Por Miguel Ángel Fernández
CHETUMAL, 9 de julio.- Sigue la voracidad recaudatoria del gobierno de Otoniel Segovia Martínez, el cual mientras por un lado presume noticias falsas de ser un buen alcalde, por el otro arremete contra los pequeños negocios.
Ahora mediante la Dirección de Fiscalización, a cargo de Emmanuel Magaña Cirerol, han tomado una postura extrema de persecución contra los pequeños negocios, mostrando una vez más la falta de tacto, sensibilidad y situación económica que atraviesa la ciudad de Chetumal.
El terrorismo fiscal de Segovia Martínez resulta un exceso y un atropello para los pequeños comercios de la ciudad capital, mostrando su verdadera cara que es totalmente contraria al contenido de la página del Ayuntamiento de Othón P. Blanco, donde quiere mostrarse cercano a la población.
La voracidad recaudatoria que caracteriza la administración de Otoniel Segovia Martínez no tiene límites, pues esta semana, por medio de la Dirección de Fiscalización a cargo de Emanuel de Jesús Magaña Cirerol, se ha centrado en tienditas de abarrotes y pequeños negocios que supuestamente no están respetando sus giros.
La consigna del ayuntamiento es la de visitar a los pequeños comercios en busca de faltas mínimas con la única intención de recaudar a toda costa, por lo que este martes se presentaron los primeros casos.
A una tienda de abarrotes le levantaron un procedimiento por vender tortas, lo que resulta un exceso del gobierno que encabeza Otoniel Segovia Martínez, que genera una mayor molestia entre un importante número de familias, que observan como los servicios son pésimos y la comuna no desaprovecha la oportunidad para sacarles más dinero vía terrorismo fiscal.
El Ayuntamiento de Othón P. Blanco busca recaudar a toda costa y sin importarle la difícil situación que viven la mayoría de los comerciantes en Chetumal, ante las bajas ventas y el poco circulante.
Además de que los trámites municipales cada vez son más caros y engorrosos, ante una marcada falta de compromiso de sus funcionarios.
Lo cierto es que el terrorismo que ha emprendido la Dirección de Fiscalización del Ayuntamiento de Othón P. Blanco, por órdenes de su director Emmanuel Magaña Cirerol, busca a toda costa incrementar la recaudación. Luego de arremeter contra comerciantes de los mercados municipales y restauranteros de Majahual, ahora los fiscales de la comuna hostigan a pequeños comercios que se encuentran a lo largo de las colonias de la ciudad.
Como se recordará, la actividad económica en la capital del estado, lejos de ser impulsada por el gobierno de Othón P. Blanco, está siendo afectada drásticamente.
Eso se puede observar con las acciones de la Dirección de Fiscalización a cargo de Emmanuel Magaña Cirerol, quien siguiendo las instrucciones del presidente municipal Otoniel Segovia Martínez, se ha ensañado con quienes han encontrado en los espacios públicos la forma de llevar el sustento a sus hogares.
Hasta el momento ninguna autoridad municipal parece ponerle un alto a las conductas que son señaladas de humillar a los vendedores, de causar manifestaciones y de imponer cobros que duplican lo que pagaban durante el año pasado cientos de familias.
Por ello, en una auténtica bomba de tiempo se ha convertido la Dirección de Fiscalización, siendo que además del malestar del comercio local, ni siquiera los trabajadores del área están a gusto, por ser la “carne de cañón” de los intereses de la Presidencia Municipal.