Adolescentes en centros nocturnos

De la Redacción

A nadie le parece extraño que se permita la entrada de menores de edad en las discotecas, lo que el sector empresarial y hotelero achaca a la complicidad entre los dueños o gerentes de los antros y las mismas autoridades municipales; la prueba está en que la música suena a más decibeles de los permitidos, nadie controla que los menores de 18 años ingresen y los centros nocturnos permanecen abiertos hasta altas horas, sin que nadie parezca darse por enterado.

Y es tema digno de preocupación, que ni las autoridades municipales ni la Cofepris pongan énfasis respecto a la venta de alcohol a granel que nada tiene que ver con las marcas conocidas y reconocidas, sin contar con que existe la probabilidad de que el alcohol esté adulterado, lo que claramente conlleva graves riesgos para la salud e incluso puede culminar en suicidios, violaciones y otros actos igual de alarmantes.

Empresarios del destino consideraron que la preocupación mayor debería ser por parte de los propietarios de los centros nocturnos, en virtud de que es una gran irresponsabilidad hacer negocio poniendo en riesgo la salud de los clientes, gente que tiene la confianza de acudir a sus negocios para pasar un buen rato.

Uno de los empresarios consultados, que prefirió mantenerse en el anonimato, expresó que es muy preocupante que el ayuntamiento no implemente una vigilancia constante y profesional, que no actúen con todo el rigor y el peso de la ley contra establecimientos en los que se compruebe la venta de alcohol adulterado.

“Es hora de poner las cartas sobre la mesa, que el gobierno municipal deje de actuar de forma tibia, que deje de aplicar ridículas sanciones a los que incumplan con las normas, es hora de clausurar los centros nocturnos que no garanticen la procedencia de las bebidas que se expenden a los clientes; durante las temporadas altas siempre se anuncian operativos para impedir que los menores de edad ingresen en las discotecas, pero la realidad es que todos los años dicen lo mismo y nunca hacen nada, si acaso se presentan dos o tres días en toda la temporada”.

El empresario fue claro al manifestar que sería deseable cancelar las barras libres en los antros, situación que se ha platicado en reiteradas ocasiones, pero lejos de lograrlo, día con día se incrementa el número de establecimientos que aplican esta práctica y cada vez existe una mayor competencia entre empresarios del ramo para ver quién cobra menos por las barras libres, sin importarles los riesgos que puedan correr quienes consuman el alcohol de dudosa calidad y procedencia.

“Lo que más nos preocupa es que en temporadas pasadas se han dado varios casos de suicidio de jóvenes turistas que tras ingerir grandes cantidades de bebidas alcohólicas terminaron arrojándose por el balcón de su hotel sin causa aparente y es muy posible que esto obedezca tanto a los excesos como a la mala calidad de las bebidas”.

Agregó que los mismos centros que expenden alcohol deben cuidar a sus clientes y puso como ejemplo los bares y discotecas de los hoteles, donde cuando se detecta a una persona que tomó más de la cuenta, simplemente

se deja de servirle bebidas alcohólicas o se le pone muy poca cantidad de alcohol, no sin antes recomendar que deje de ingerirlas por su propio bien.

“La mayor preocupación es cuidar del cliente y aunque medidas semejantes se aplican en algunas discotecas, parece que no es el común denominador; algo se tiene que hacer para frenar esto, estamos hablando del destino y no podemos permitirnos el lujo de que en otros países se diga que un joven turista se suicidó sin motivo alguno tras ingerir bebidas alcohólicas en una discoteca, sin contar con que en muchas ocasiones los clientes mezclan alcohol con drogas, se cruzan y lo que en principio era una noche de diversión termina en el hospital, la cárcel o el Semefo, esto no es conveniente y por lo tanto hay que tomar medidas para evitar que estos sucesos se registren y, repito, la mejor manera es eliminar las barras libres”.