Por Yolanda Gutiérrez
ISLA MUJERES, 23 de junio.- Sin resolverse el problema del transporte urbano en Isla Mujeres, que se recrudece mucho más en temporada alta, cuando muchos taxistas ‘desprecian’ a los locales y buscan afanosamente al turismo, preferentemente extranjero.
Desde diciembre del año pasado el Cabildo isleño aprobó el Reglamento para la Prestación del Servicio Público de Transporte Urbano de Pasajeros en Autobuses de Ruta Establecida, que entraría en vigor una vez publicado en el Periódico Oficial del Estado.
Con un instrumento regulador del transporte urbano en la isla, sólo faltaba sentar las bases para el proceso de licitación, que según las autoridades se estaría concretando durante marzo para que, una vez definida la empresa ganadora, comenzase a dar servicio en el plazo de un mes, esto es, en abril.
Pero estamos a julio, en plena temporada vacacional y residentes y turistas están obligados a caminar o usar el servicio de taxi, que ante la falta de transporte público en la isla se ha consolidado como perfecto monopolio, lo que da pie a que muchos chafiretes cometan abusos en contra de los usuarios, que van desde embutir a todo el que pueden en su unidad hasta cobrar de más, situación que se da especialmente con los turistas.
Su monopolio llega al extremo de trabajar los taxis como colectivos, cuando su concesión no lo especifican de esa manera, cobran de acuerdo al número de personas que ocupan la unidad y para colmo, buena parte de los chafiretes se permiten el lujo de seleccionar el pasaje para su propio provecho, olvidando la necesidad de los usuarios.
Son innumerables las quejas de quienes no tienen más remedio que recurrir a este servicio a falta de transporte urbano: durante el ciclo escolar, a la hora de entrada a clases buena parte de los choferes no se digna levantar estudiantes, que tienen precio preferencial, ni solos ni acompañados de un adulto y del mismo modo desprecian el pasaje cuando se trata de dos o más personas, privilegiando a quienes están solos, ya que con esta estrategia ganan 60 pesos de una sola dejada al centro, al llevar cuatro pasajes de 15 pesos cada uno.
Según las tarifas particulares del sindicato, el importe de una dejada por una o dos personas es de 15 pesos, de 20 si se ocupa la parte de atrás del taxi y de 30 si son cuatro los pasajeros que abordan juntos.
La concesión otorgada por el ayuntamiento venció el 16 de mayo de 2016, tras 15 años de proporcionar el servicio con muchos altibajos; pero en realidad la empresa Isla Turicun dejó de operar desde finales del año 2015, sin previo aviso.
Aunque han pasado casi tres años desde que venció la concesión, todo parece indicar que, pese al anuncio, el ayuntamiento no ha lanzado la convocatoria para licitar el servicio de manera eficiente en el municipio, pero especialmente en la ínsula, donde el problema se hace más grave en virtud que no hay dónde elegir.
La desesperación llega al máximo en temporada alta, cuando los taxistas prefieren prestar el servicio a los visitantes antes que al usuario local, a quien en muchas ocasiones pasan de largo para levantar unos extranjeros que están unos cuantos metros adelante.
Para colmo, muchos chafiretes prefieren perder su día en los sitios de Garrafón y Dolphin Discovery o frente a ciertos hoteles a la espera de que caiga el “buen pasaje”, en lugar de dar el servicio en el sitio oficial del centro, donde muchas veces, sobre todo en la llegada de los barcos de ruta, los usuarios se amontonan para abordar un taxi… cuando sólo tres o cuatro están disponibles, pese a que los mismos taxistas son conscientes del importante número de personas que requieren de este medio de transporte al regresar de Cancún.
La guinda del pastel: poco antes de la media noche, los taxis desaparecen como por arte de magia y dejan esperando por interminables minutos a los usuarios, que se amontonan por docenas al momento del arribo del barco de ruta, todo para poder cobrar la tarifa “nocturna”, más elevada que la normal y que, en el caso del turismo, se dispara exorbitantemente.