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Quintana Roo

Condenarían a criadores

Por Gabriel E. Manzanilla

CHETUMAL, 24 de agosto.- El presidente de la Asociación de Galleros de Othón P. Blanco, Wilberth Campos Noh, dijo que acudirán hasta el gobernador Carlos Joaquín González para pedirle su apoyo y se pueda modificar la Ley de Protección y Bienestar Animal, de manera que logre excluirse la prohibición de las corridas de toros, peleas de gallos y uso de caballos en carruajes turísticos dentro de Quintana Roo, pues aseguró que estas medidas atentan contra las tradiciones, costumbres y miles de fuentes de empleo de la zona rural y de decenas de sectores en la entidad.

El líder de los galleros sostuvo que con esta ley, de dejarse tal y como está, condenará a más de 8 mil personas que perderán su fuente de sustento y serán perseguidas como delincuentes por dedicarse a la crianza y venta de gallos de pelea, siendo obligados a operar en el clandestinaje ante las malas decisiones de un puñado de diputados.

Además, dijo que la publicación de la Ley de Protección y Bienestar Animal será un acto totalmente violatorio a la Constitución Mexicana, pues nunca se consultó a las más de 200 comunidades que serán afectadas de manera directa en sus tradiciones y costumbres, de manera que la XV Legislatura actuó a sus espaldas y está atentando directamente con su estilo de vida cultural y económico.

“La arbitrariedad y malas decisiones de los diputados nos metieron en esta encrucijada y luego se les hizo fácil lavarse las manos, darnos la espalda y no hacer nada; por eso acudiremos con el gobernador para pedirle su ayuda y que no permita que se pierdan las tradiciones, costumbres y miles de fuentes de empleo de los quintanarroenses, tanto en la zona rural como en decenas de sectores que dependen de estas actividades”, comentó Wilberth Campos.

Solicitarán al gobierno del estado para que revise y devuelva la ley al Congreso con las observaciones correspondientes, excluyendo la prohibición de las corridas de toros, peleas de gallos y uso de caballos para carruajes turísticos o cualquier otro animal utilizado en las fiestas tradicionales y actividades económicas.

“No queremos ser perseguidos como en otros países y trabajar al margen de la ley, no quisiéramos que esto se convierta en un problema social ni caer en el clandestinaje. Queremos total libertad para seguir dedicándonos a esto y seguir llevando sustento a nuestras familias, ya que nuestra aportación es muy importante para la economía del municipio y del estado; no sólo pagamos nuestros impuestos y permisos correspondientes, sino que también generamos muchos empleos directos en las granjas y ranchos, así como bastantes empleos indirectos de toda la gente que depende de la crianza de los gallos de pelea, como productores de alimentos y vitaminas, veterinarios, quienes les venden los medicamentos, jaulas, comederos y bebederos, los artesanos que trabajan con los palqueros, entre muchos otros”, concluyó Wilberth Campos.

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