De la Redacción
PLAYA DEL CARMEN, SOLIDARIDAD, 18 de enero.- Pese a ser un artículo para el cómodo descanso, además emblemático, las hamacas no se venden como antes, “la situación por la que atravesamos los vendedores de hamacas es difícil porque de 7 días que tiene la semana, a veces 3 días no vendemos una sola, quizá porque los que vienen no traen dinero o vienen limitados, sólo caminan sobre la Quinta avenida pero no compran, ya desde el año pasado esto empezó a cambiar y no vemos que se componga pero hay que insistir”, dijo Lucía Che, vendedora.
En este sentido, el turismo que predomina ahora es el europeo y canadienses, quienes abarrotan la emblemática Quinta avenida y, al parecer, la venta de hamacas son de los pocos comerciantes, quienes no logran verse beneficiados pese a la temporada alta, pero predomina el turismo que viene limitado con dinero y no gastan más de 300 pesos mexicanos en recuerdos, mientras una hamaca viene costando 350 pesos mexicanos la más económica y mil pesos la más cara, lo que complica vender una al visitante.
Asimismo, la hamaca es usada mayormente en la Península de Yucatán para dormir, descansar o tomar una siesta, su origen es debatido sobre la región exacta de América donde se inventó, además que también es usada en varios países, y son hechas de diversos materiales, hilos de diferentes calidades, pero sobre todo en la manera de urdirla del que lo hace, da a conocer su creatividad, así como en número y colores, por eso es más costoso, y pese que son vendida a los turistas hay mucha competencia, por lo que las ventas disminuyeron para todos.
De la misma manera, Lucía Ché señaló que pese a la temporada alta, las ventas de hamacas no mejora, lo que hace difícil saber una cifra exacta porque pueden pasar hasta tres días sin que vendan una sola, y pese que el clima es ahora el atractivo para el turista y la Quinta avenida se ve abarrotada, la venta de hamacas no mejora, y extrañan aquellos días cuando en la temporada alta lograban vender hasta 8 hamacas por día, lo que representaba una ayuda a su economía, y pese que ahora hay afluencia de turistas simplemente no compran los artículos que se les ofrece.