Sin avance y con la misma peste de siempre, es como viven los habitantes de Villas de San José que colindan con la planta de tratamiento de aguas negras, la cual NO funciona a pesar de que hay más de 2 millones y medio de pesos y la obra -atrasada- municipal la ejecuta una empresa ligada por lazos de sangre a Dulce María Cervera Cetina, priista que aún parasita el erario; y Leonardo Verdejo Calderón, subsecretario de Obras Públicas del Estado.
Desafortunadamente evidencias en las actas de la licitación del esta obra que abanderó el Sistema Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Carmen (SMAPAC), revaloraron que debió concluir antes que acabara el 2019.
Ornela Isabel Alejandra Cervera Ortiz fue la acreedora del fallo del concurso “SMAPAC-CO-DT-FOPET-IR-003-2019”, al mando de Alberto Medina Abimerhi, quien sí decide en la dependencia del SMAPAC.
Esta obra la ejecuta la empresa de la familia Verdejo-Cetina; mediante este contrato, la familia del funcionario estatal se suma al portafolio de empresas que sin tener instalaciones, oficinas, empleados o maquinaria propia, todo lo subcontrata y reparte.
Fue gracias al suegro de Ornella Cervera, que despacha como subsecretario de Obras Públicas del Estado en la Isla, como consiguió este convenio por más de 2 millones y medio de pesos.
Ornela Cervera representa a Creato Diseño y Construcción S.A. de C.V., y también es sobrina de la priista Dulce María Cervera Cetina, que ha vivido del presupuesto público por décadas y lo sigue haciendo mediante estas empresas “satélites” que operan a favor de sus intereses.
El contrato que recibió la sobrina de Dulce Cervera fue por 2 millones 987 mil 826 pesos, y debió empezar a ejecutarlo el día 20 de diciembre y acabarlo el 31 de ese mes, no quien sabe cuándo.
Picotean
En los alrededores de la planta las familias de decenas de casas tienen que “fumar” los fétidos olores de aguas servidas que emanan de las coladeras, la planta y las calles.
A simple vista no se ve ningún avance, o reflejados los casi 3 millones de pesos; se escuchan “picotazos” de trabajadores en algo al interior del predio bardeado, donde se supone que debería ya operar la millonaria “rehabilitación”.
(Texto y fotos: Agustín Ferrer)