María Luisa Vázquez
El Obispo de la Diócesis Cancún-Chetumal, Pedro Pablo Elizondo, a lo largo de 90 minutos realizó, a bordo de una camioneta, una procesión por las principales avenidas de Cancún con el Santísimo Sacramento entre sus manos, en Jueves Santo, el inicio del Triduo Pascual.
El motivo fue para pedir por el fin de la pandemia y la salud de los enfermos.
El inicio del recorrido empezó a las 5:30 de la tarde en la Casa Cural, en la avenida Bonampak, desde donde se hizo acompañar de algunos colaboradores que siguieron todo el recorrido, aunque se fueron sumando otros católicos.
Además también un par de bocinas fueron parte del recorrido, desde donde se escuchaban los pasajes bíblicos y cánticos en honor a Cristo Rey.
Unas doce unidades avanzaron desde la Casa Cural para dar vuelta en el cruce de las avenidas Tulum y Cobá para incorporarse otra vez a la Tulum hasta dar vuelta en avenida Nichupté y para doblar, otra vez, a la Tulum hasta llegar a la avenida Chiché Itzá.
Aun con poca gente en el centro de Cancún, aquellos devotos se hincaron ante el Santísimo Sacramento.
También se vivieron momentos emotivos a lo largo del recorrido, como en la avenida Chichén Itzá, donde una familia completa salió a recibirlo, acompañada de una enorme imagen de la Virgen de Guadalupe. También en la avenida Chacmool donde una madre con su hija, con un par de enormes velas, le hicieron reverencia al Santísimo Sacramento.
En una breve entrevista, Monseñor Pedro Pablo Elizondo dijo: “pidiendo al Señor que nos conceda el don del Espíritu Santo para poder seguir las instrucciones con humildad y con obediencia, para poder defendernos, protegernos y poner toda nuestra confianza en la presencia del Señor, que no nos deja solos, y que está con nosotros para sanarnos y para salvarnos”.
A lo largo del recorrido, se hizo hincapié en que la Iglesia acatará todas las indicaciones de la autoridad para salir de esta emergencia sanitaria y por esta razón suspendió las actividades públicas para celebrar una inusual Semana Santa.
Al término del recorrido, Monseñor Pedro Pablo Elizondo llegó directamente a la réplica de la Capilla Sixtina que recién se instaló en el cruce de las avenidas Kabah con Xcaret, para celebrar el Jueves Santo, día en que se conmemora la última cena, con la que Cristo saludó a los 12 apóstoles y perdonó al que lo había traicionado.
Con el Jueves Santo empezó el “triduo pascual“, que en sí mismo ocupa los días del Viernes Santo, Sábado Santo y Domingo de Pascua. Estos son los días que representan la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Cristo.
Desde la réplica de la Capilla Sixtina, monseñor Pedro Pablo rememoró el lavado de los pies de los apóstoles por Jesús, la agonía y la oración de Cristo y el arresto de Jesús.