Por Luis Enrique Tuz
CHETUMAL, 26 de abril.- Pese a que hay ejidos que ya terminaron su cosecha, como Pucté, San Francisco Botes, Cocoyol, Cacao y José N. Rovirosa, no se llegará a la meta establecida de un millón de toneladas, afirmó el presidente de la Asociación Civil de Productores de caña de la Ribera del Río Hondo, filial de la Confederación Nacional de Productores Rurales CNPR, Benjamín Gutiérrez Reyes.
“Estas cifras son desgarradoras, el sector cañero se vendrá abajo y esta situación afectará al menos los próximos dos años a más de 30 mil personas que dependen laboralmente de esta actividad”, comentó.
En tanto, dijo que en campo se trabaja a marchas forzadas para poder obtener la mayor cantidad de caña posible, pero respetando al máximo las medidas precautorias establecidas por la autoridad sanitaria por la contingencia generada por el Covid-19.
La cosecha de caña de azúcar en Quintana Roo no llegará a la meta establecida este año, de un millón de toneladas de caña molidas, pues a la fecha se han cosechado 746 mil toneladas y sólo quedan en campo 100 mil toneladas por cortar.
Gutiérrez Reyes dijo que a pesar de que la zafra está pactada terminarla el 30 de mayo, terminará 15 días antes y sólo se cosecharán 850 mil toneladas, del millón 023 mil 323 toneladas de caña pactadas en el acta de inicio de la zafra.
Pues a la fecha se han molido 746 mil 249 toneladas, del millón 323 mil toneladas de caña pactadas, es decir, 173 mil 323 toneladas de caña menos de lo estimado cosechar este año, generando pérdidas de 142 millones de pesos aproximadamente.
En comparación de la zafra pasada, las pérdidas por la sequía son mayores, pues el año pasado se cosecharon un millón 850 mil toneladas de caña y este año sólo se cosecharán las 850 mil, un millón de toneladas menos, lo que representa un total de pérdidas por sequía de 850 millones de pesos si se multiplica al precio aproximado, se espera que llegue la tonelada de caña en 820 pesos.
El líder cañero aseguró que esta cifra de 850 millones de pesos en pérdidas es por lo que se perdió por la sequía, por el bajo rendimiento, pero podría superar los un mil millones de pesos si se contempla la muerte de más de diez mil hectáreas de caña donde se perdió no sólo la cosecha, sino toda la inversión.
“Tan sólo del paquete tecnológico son 29 mil pesos por hectárea que se pierde, que son otros 230 millones de pesos”.