Por Luis Enrique Cauich
KANTUNILKÍN, LÁZARO CÁRDENAS, 1 de mayo.- Un primero de mayo diferente, por primera vez el Día del Trabajador se celebró desde los hogares, donde se mantienen confinadas cientos de personas en el municipio; irónicamente la mayoría sin empleo a causa de la pandemia que ha paralizado al planeta entero por el COVID-19.
No hubo las marchas tradicionales en las que los sindicatos de trabajadores pedían mejores tratos y servicios para sus agremiados, repudiando a la autoridad su falta de sensibilidad o reconocían los pocos aciertos que han tenido en su administración.
El coronavirus, para los trabajadores, vino a cancelar una importante conmemoración en la que se recordaba a los mártires de Río Blanco y Cananea y se aprovechaba para celebrar con sus compañeros los logros obtenidos, degustando unos tacos de cochinita o lechón al horno.
Los líderes sindicales aprovecharon las redes sociales para agradecer el año de trabajo que se ha tenido, el apoyo de sus agremiados para lograr las metas establecidas y los exhortaron a mantenerse en casa para mantenerse a salvo del coronavirus y retomar con más entusiasmo las actividades cuando la pandemia haya pasado.
Lo más importante es recordar a aquellos mártires que lograron beneficios para la clase trabajadora, desde casa por ahora, cumpliendo con las medidas sanitarias exigidas para esta pandemia, porque ya vendrán más oportunidades de reconocer el trabajo de las autoridades o exigir el cumplimiento de sus promesas, de ser necesario.
La avenida principal lucio desértica, en tanto que la plaza de la Constitución, testigo por muchos años de la demanda y exigencia de los trabajadores (enfermeros, maestros, doctores, entre otros sindicalizados) para con el “patrón”, este 1 de mayo estuvo en completo silencio a causa de la pandemia.
Ayer solo hubo unos cuantos reconocimientos en las redes para los doctores y enfermeras, policías y todos y cada uno de los trabajadores que se mantienen en primera línea, combatiendo el COVID-19 en el municipio y en todo el país.