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Quintana Roo

Advierten que la pandemia dejará 75 mil nuevos pobres en Quintana Roo

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en Quintana Roo, antes de la pandemia del COVID-19 había 267 mil 304 habitantes con algún tipo de pobreza; es decir, 15% de la población de la entidad, que es de un millón 782 mil 031 habitantes. Sin embargo, se prevé que derivado de la crisis económica por la emergencia sanitaria, 75 mil personas se sumen a ese padrón de pobreza,  con base en las expectativas de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), coinciden el analista financiero Roberto Cruz Soberanis y el economista Francisco Armand Pimentel.

La Cepal incluso advirtió al gobierno mexicano que la pandemia tendrá un impacto negativo en las economías subdesarrolladas, cuyos efectos generarán la peor contracción desde 1914 y 1930, con un 5.3%, de tal forma que el número de pobres podría dispararse, por lo que urgió medidas para proteger a la población más vulnerable.

En contraste a la evaluación de ese organismo internacional sobre los riesgos en la economía y la pobreza, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, dijo que su administración estará blindada con la aplicación de 38 programas prioritarios para atender las zonas marginadas y más susceptibles a la crisis económica.

Programas federales de ayuda

Según un cotejo de la Secretaría del Bienestar en Quintana Roo, 150 mil personas se verán beneficiadas con alguno de estos programas, que a nivel federal tendrá un presupuesto de 277 mil 344 millones de pesos.

Rosa María Márquez, presidenta del Colectivo Red por la Equidad y los Derechos Humanos de Quintana Roo, indicó que ante el actual panorama económico que deja el COVID-19, habrá efectos sociales negativos, ya que la industria turística, que es la principal actividad en el estado, se vio muy afectada, lo que se traduce en desempleo y al no tener una fuente fija de ingresos, la población reduce su consumo, repercutiendo en su estilo de vida.

Entonces, argumentó, viene una crisis en los hogares que generará violencia, desigualdad y un entorno no apto para el desarrollo; lógicamente, la población vulnerable agudizará su condición de pobreza.

Refirió que si antes de la pandemia el estado ya presentaba signos de rezago, tanto en infraestructura urbana y social, que ha desatado cuadros de pobreza, sin duda estos índices se incrementarán, al grado de que habrá zonas donde no se puedan satisfacer las necesidades básicas de la población.

Asentamientos irregulares, más vulnerables

Ejemplo de ello, dijo son las asentamientos irregulares que no sólo hay en Cancún, sino en todo el estado, donde carecen de servicios y la población está expuesta. De ahí la urgencia de que las autoridades de los tres órdenes de gobierno establezcan políticas transversales que atajen los problemas sociales derivados del COVID-19.

Con base a estadísticas de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STyPS) en Quintana Roo 104 mil personas perdieron su empleo a raíz de la pandemia, sin contabilizar los 250 mil que se subemplean, es decir que no tienen un trabajo en la economía formal, los cuales también se vieron afectados por el confinamiento.

Según un compendio de la población en rezago de la extinta Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), en la entidad, 320 mil habitantes (18% de la población total), sufren algún tipo de pobreza: económica, laboral, patrimonial, rural, urbana, social, estructural, educativa y extrema.

Es decir, conforme a la definición del Grupo Banco Mundial, la pobreza se ve como un concepto general que engloba las carencias desde los recursos básicos para el ser humano como alimentos, agua potable, vivienda, educación, sanidad e integridad social. En el caso de Quintana Roo, hay rezagos en 45 por ciento en cuanto a infraestructura urbana y social.

Pandemia destapó y agudizó carencias

El sociólogo Mauricio Ocampo Campos, mencionó que la pandemia en México no sólo evidenció las deficiencias en el sector salud y las dificultades que tiene la población para ascender a los servicios médicos, sino que además puso de manifiesto que los grupos más vulnerables son los más expuestos a contraer la enfermedad, por la baja calidad de vida.

A eso, argumentó, se le suma el hecho de la crisis económica que ha generado el confinamiento estableció condiciones para que la pobreza se dispare.

Señaló que Quintana Roo presenta un espejismo en cuanto al crecimiento económico, pues por un lado se encuentra arriba de la media nacional, pero el desarrollo social no tiene paridad, pues si bien produce empleos, estos tienden a la eventualidad y son mal remunerados.

Esto ha provocado cinturones de miseria en un estado que  aporta el mayor número de divisas, que al contraerse por la pandemia,  vislumbra un panorama desalentador, pues al caer el empleo el entorno se vuelve hostil y si ya se tienen problemas sociales, se recrudecerán y habrá un número mayor de pobres.

Ocampo Campos dijo que el gobierno federal ante esa incertidumbre que deja el COVID-19 anunció una serie de programas sociales, los cuales, si bien a corto plazo permitirán que los sectores que se beneficien puedan amortiguar el golpe, pero este efecto será pasajero, pues se requieren políticas públicas estructurales y transversales que les permitan sentar las bases para su desarrollo igualitario.

Bajo ese contexto, la advertencia de la Cepal a los países de América Latina y el Caribe, en relación al impacto económico que dejará el COVID-19, implica que las proyecciones de crecimiento se contraigan, pues antes de la pandemia ya acumulaba casi siete años de bajo crecimiento, con un promedio de 0,4% entre 2014 y 2019.

Por ello, se calcula una caída del Producto Interno Bruto (PiB) de 5.3%, que será la peor en toda su historia y en donde México no saldrá bien librado, de ahí  que prevé un fuerte aumento del desempleo con efectos de desigualdad, de  tal forma que la región debe avanzar hacia una mayor integración regional tanto en lo productivo, comercial y tecnológico.

Apoyos desde la Federación

Ante ese panorama desalentador, López Obrador, aseguró que desde el inicio de su gobierno estableció un plan estratégico para reducir la pobreza y la desigualdad a través de la Secretaría del Bienestar con la aplicación de 38 programas estructurales que tendrán una inversión 277 mil 344 millones de pesos.

Con ello, dará asistencia social a la población con la dispersión de recursos de manera directa a los beneficiarios; de acuerdo a la base de datos de la Secretaría del Bienestar en Quintana Roo, se estaría protegiendo a 150 mil habitantes que viven en las regiones más pobres.

La cifras refieren que en el estado 11.3% de la población (201 mil 369) padecen algún tipo de carencia en infraestructura urbana y social, por lo que de esa base, 50% se estaría beneficiando con los programas federales.

Entre los programas destaca la pensión a los adultos mayores que a nivel nacional invertirán 129 mil  350 millones de pesos,  en cuanto al programa sembrando vida se dispersaran,  28 mil 504 millones de pesos, se suma también un techo financiero de 14 millones 197 mil para apoyo a las personas discapacitadas y la liberación de 11 millones de pesos para caminos rurales,

A esto se suman los apoyos a la Pequeñas y Medianas Empresas (Pyemes) las tandas del bienestar, el apoyo a la autosuficiencia alimentaria, así como el programa de infraestructura educativas y el Proyecto del Tren Maya. En total por esas obras se creará unos dos millones de empleos, de los cuales 15 por ciento se hará de manera directa en Quintana Roo, de modo que con este proyecto federal se atajará la crisis económica del COVID-19.

Recuperación será muy lenta

Sin embargo, el economista Francisco Armand Pimentel, señaló que los programas de ayuda de López Obrador son asistenciales, por lo tanto no hay inversión a proyectos productivos, salvo el Tren Maya, pero este sólo generará empleos a corto plazo; de modo que la contracción económica a nivel nacional será inevitable, tal como señala la Cepal, alcanzado un 5.3%.

En el caso concreto de Quintana Roo,  cuya principal actividad es el turismo, la recuperación será lenta; es decir, para lograr los números de flujo de viajeros que se tenían antes tendrán que pasar por lo menos dos años,  dado que la industria de la aviación está deprimida, fue de las más golpeadas y el dinamismo para ese sector dependerá mucho del desarrollo de la vacuna contra el coronavirus.

Dijo que si bien comenzó a repuntar la ocupación, esta no pasa del 10 al 15 por ciento, muy lejos de lo que se tenía, que era arriba de 80 por ciento, de tal suerte que el desempleo seguirá al alza, esto provocará que se agudice la crisis y un mayor número de pobres; la Cepal refiere entre un 5 a 4 por ciento, lo que implica que en Quintana Roo unas 75 mil  personas tendrán dificultades para cubrir sus necesidades básicas.

Bajo ese contexto, a nivel nacional se sumarían uno siete millones de nuevos pobres con base al 5% establecido por el organismo internacional de un padrón de 127 millones de habitantes que tiene la población.

De este cotejo, en Quintana Roo 30% de la población (534 mil), sufren carencia en servicios como agua potable, drenaje, transporte público y vivienda.

Más planes productivos y menos asistencialismo

El analista financiero Roberto Cruz Soberanis dijo que si bien se reconoce el esfuerzo de López Obrador por atajar la crisis económica mediante la ayuda asistencial, esta debe ser a corto plazo, no fincar su estrategia de desarrollo a ese tipo de programas, que lejos de empoderar a la población, la hace dependiente.

“A corto plazo es bueno, que el mandatario federal tenga una visión de ayuda directa, pero después tiene que lograr que esa inversión al sector social, lejos de representar un gasto al erario sea productiva”, advirtió.

En el corto plazo, conforme lo señaló la Cepal, se tendrá una  afectación directa al país por el COVID-19, que no es privativo de México, sino una situación global, que generará desempleo y aumentará el número de pobres, que en el caso de Quintana Roo se estima será de 4.2%, poco más de 75 mil personas.

El analista indicó que quizás el estado, en comparación con otras entidades, tenga ventajas por lo atractivo a la inversión, pero este dinamismo se verá por lo menos hasta final del año; por lo pronto el panorama es empleo a la baja y esto repercute en el surgimiento de fenómenos sociales como la inseguridad.

Por Redacción Digital Por Esto!  

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