Desde el inicio de la cuarentena, los restauranteros están en declive tanto en ventas como en ganancias, algunos mandaron a sus empleados a sus hogares con goce de sueldo; sin embargo, otros no tuvieron la misma fortuna, pues el recorte de personal fue más del 50 por ciento.
Reapertura
Ahora en la apertura se activaron nuevamente los empleos, también se han asegurado al cien por ciento las medidas sanitarias como son el tapete sanitizador, gel antibacterial, el código “QR” que se puede escanear con el celular para ver la carta del restaurante, cubrebocas, gafas y el cliente espera afuera mientras los empleados sanitizan mesas y sillas.
“Abrimos en un 25 por ciento, la sana distancia es muy importante, las mesas tienen aproximadamente dos metros de separación, es muy reducida la clientela que se mantiene adentro del restaurante, lo demás es para llevar”, comentó Encarnación Cajún, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados (Canirac).
Una de las principales afectaciones al sector restaurantera ha sido la prohibición de bebidas embriagantes, aunque el semáforo se encuentre en color naranja el nivel de riesgo de contagios es alto, por lo que se mantiene prohibida la venta de estos productos en los espacios de convivencia familiar.
“Las ganancias bajaron demasiado a comparación de antes de la cuarentena, podríamos decir que hasta en un 85 por ciento, algunos restaurantes aguantaron con su plantilla de empleados, pero desafortunadamente en otros no pudo ser posible”, aseguró.
Acuerdo
En cuanto a los servicios a domicilio los restauranteros optaron por tener un acuerdo con los repartidores en moto, hacen descuentos, ofertas y combos que suben en sus páginas oficiales para tener mayor impacto en la ciudadanía.
“Hay ventas en el restaurante, pero el servicio a domicilio es más fuerte. Quiero hacer una invitación a la gente para que compre local, sean de la cámara o no, en este Día del Padre lo que quieran encargar con gusto se les hace llegar a sus domicilios”, concluyó Encarnación Cajún.
(Texto y fotos: Rocío Mateo)