Aunque desde hace algunas semanas se abrió la zona hotelera en la Riviera Maya, principalmente en Cancún, algunas cadenas han tenido que cerrar o enviar a sus trabajadores y turistas a alguna otra propiedad alterna porque cuentan con baja afluencia de hospedaje.
Según datos del gobierno de Quintana Roo, la zona norte de Cancún cuenta con alrededor de 25 mil turistas, lo que no representa ni el 30% de ocupación que tienen permitido ante la crisis sanitaria por COVID-19.
Esto ha generado que las cadenas Iberostar, Oasis y Riu, cerraran algunos de sus hoteles o en el mejor de los casos, movieran a sus huéspedes y parte de sus trabajadores a una sede alterna, porque no cuentan con la capacidad de solventar los gastos de operación.
Por su parte, en la zona Sur de Cancún, donde el porcentaje de ocupación no puede rebasar el 15% al estar en semáforo rojo, apenas ha logrado reportar la ocupación límite, lo que sigue complicando la reactivación por completo del turismo que es la principal fuente de ingresos para los pobladores de la zona.
En declaraciones para Excelsior Tv, Alberto Gurrola, director del Hotel Coral Beach Cancún explicó cuáles han sido los principales desafíos para el sector hotelero durante la pandemia por COVID-19 una vez que se intentó reactivar la economía: “Viene del miedo por la pandemia, es una repercusión por todo el viaje. El factor seguridad es lo más importante que podemos ofrecer, la higiene que podamos brindar. Eso ha hecho que la reservación caiga y se corte finalmente. De una semana a otra estamos en 26% ,29% por ciento de ocupación”, comentó Gurrola.
Con información de Excelsior