El director del Centro de Retención Municipal “Torito”, Juan Carlos Aké Patricio, explicó que van a evitar el arresto a menos que sea necesario, y optarán por la multa en los casos de incumplimiento en el uso de cubrebocas, ya que por la capacidad del lugar no habría posibilidad de guardar sana distancia.
El pasado 23 de julio se publicó en el Periódico Oficial del Estado de Quintana Roo, que en el municipio de Benito Juárez, a quienes no cumplan, se les impondrá una multa de 10 a 50 unidades de medida y actualización (UMA), cifras que corresponden desde 868 hasta 4 mil 344 pesos.
Ante esta medida a las personas a las que se les sorprenda sin el cubrebocas en la calle, se les invitará a usarlo, en caso de negarse o adquirir una actitud de confrontación, la autoridad pública procederá al arresto y serán trasladados al Centro de Retención Municipal de Cancún, mejor conocido como“El Torito”, donde se le interpondrá una multa dependiendo de su falta administrativa o de las circunstancias en las que fue arrestada; y como última opción, el arresto por las horas equivalentes a su multa.
Juan Carlos Aké, director del Centro de Retención Municipal, comenta que esto es un tema preventivo más que de recaudación.
“La finalidad, más que arrestar, es hacer conciencia a la ciudadanía, ya que nadie se quiere ganar una multa o sanción, aunque sea mínima; no hemos tenido un caso hasta el momento pero queremos evitar el arresto porque sólo tenemos una capacidad para 365 personas y en estos momentos, al tenerlos aquí retenidos, se pueden originar muchos problemas de salud”, dijo.
Estephania González Martínez, integrante del programa “Enlace de participación Social”, que son quienes se dedican a promover la Sana Distancia y el uso de cubrebocas en las calles y zonas con mayor afluencia de la ciudad, comentó que la cooperación de la gente es baja. “Nos encontramos con muchos casos de gente que alega, que como no están enfermos, no van a usar el cubrebocas, lo que nos está obligando a regresar al semáforo rojo, no hay compromiso con su uso”, expresó.
“Cuando abordamos a la gente explicándoles que esto ya es una norma oficial, la gente pregunta ¿dónde está?, me los estas diciendo tú, pero tráeme a alguien que me arreste, hasta que no me lleven y me esposen, no te voy a creer lo que me estás diciendo”, comentó
Los jóvenes de “Enlace de Participación Ciudadana” explican que cuando un ciudadano se pone renuente o violento, llaman a las autoridades para que las arresten, pero lamentablemente tardan 30 o 40 minutos en llegar, tiempo suficiente para que la persona se retire del lugar.
Por Diego Ramos