Dos meses de vida como máximo es el tiempo promedio que le queda al cementerio de la cabecera municipal, pues está a punto de colapsar su capacidad total y hasta ahora no hay un espacio para seguir albergando cadáveres, esto en plena pandemia, que cada día cobra más víctimas mortales.
El secretario del ayuntamiento, Roger Caamal Hernández, en entrevista para este medio, indicó que el panteón municipal se encuentra saturado, aunque manifestó que se está trabajando en la búsqueda de un lugar en donde se pueda habilitar otro.
Según el funcionario, debido a las condiciones en las que se encuentra el cementerio municipal, ya no se podrán realizar más entierros y destacó que ante la importancia y emergencia del asunto, tienen la expectativa de que en 15 días puedan encontrar un sitio que puedan habilitar como un camposanto nuevo en poco tiempo.
Comentó, los panteones localizados en los poblados no tienen problemas por falta de espacio, porque ahí existen áreas en las cuales pueden expandirse. El problema, se tienen en la cabecera municipal, puntualizó.
Manifestó que, del panteón de esta ciudad, por lo regular, se traen muertos de otras comunidades del municipio para darles cristiana sepultura.
Y, agregó, esa situación, es precisamente lo que se quiere ordenar y para ello se están dando ya indicaciones a las autoridades de las comunidades donde no hay panteones, para que vayan habilitando el propio.
Esto, insistió, por la razón de que el de esta ciudad el cementerio tiene poco tiempo de vida, y por tanto ya no se puede seguir realizando más entierros, expresó.
Asimismo, el funcionario señaló que no se cuenta con un dato preciso que indique cuántos cementerios se tienen en esta demarcación, pero reveló que la Oficialía Mayor ya está trabajando en ello.
El panteón municipal fue habilitado en 1977, cuando el presidente municipal era don José Flota Valdez.
Por Lusio Kauil