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Quintana Roo

Se ganan la vida vendiendo kibis yucatecos en la zona hotelera de Cancún

Con la reapertura de las playas, hombres se ganan la vida vendiendo kibis yucatecos en la zona hotelera de Cancún.
Foto: Jorge Delgado
Foto: Jorge Delgado

Fueron cuatro meses de cero ingresos para los vendedores de kibis yucatecos, sin embargo, a raíz de la reactivación económica los patrones les empezaron a pagar a algunos vendedores menos del salario mínimo y a otros les redujeron el sueldo hasta en un 25 por ciento, pero a pesar de esto sigue representando una fuente de trabajo; como en el caso de Brayhan Escalante, joven de 21 años, el cual perdió su antiguo empleo en la zona hotelera y ahora vende dicho alimento, a su vez se regulariza en la escuela para terminar la preparatoria.

En diferentes puntos de la ciudad de Cancún se vende este típico alimento de la Península de Yucatán que tiene sus orígenes en el platillo “kipe”, que es una herencia de la cocina sirio-libanesa.

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De acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami), el interior de la República Mexicana tiene un salario con un monto vigente en 2020 de 123.22 pesos, sin embargo, vendedores de kibis en Cancún ganan diariamente un monto menor.

Brayhan Escalante es de uno de los tantos que se ganan la vida vendiendo este antojo callejero, sin embargo, apenas se le paga 100 pesos diarios por pasar ocho horas en una avenida sirviendo esta especie de albóndiga elaborada con las manos, a base de masa de trigo y rellena de carne molida, que a su vez van acompañada con una ensalada a base de repollo, cebolla morada, chile habanero y naranja agria.

El joven de 21 años lleva aproximadamente tres meses desempeñando dicha labor, ya que a raíz del inicio de la pandemia por el coronavirus perdió su trabajo en una bodega de la zona hotelera de Cancún, donde ganaba un poco más del salario mínimo al día.

“Sólo trabajo tres días a la semana, me pagan 300 pesos, ya que comparto la semana con otro compañero que también trabaja otros tres días para completar la semana, porque así se le da oportunidad a alguien más”.

Éste refirió que actualmente también estudia la preparatoria en línea, ya que trata de regularizarse porque perdió años escolares por los problemas familiares y económicos a los que se enfrentó en años pasados.

Por otra parte, Plutarco Tomás Cordero, de 50 años de edad, también se ha dedicado por los últimos tres años a vender ésta fritura tan buscada por los trabajadores, quienes han hecho de este platillo típico su desayuno.

El señor oriundo de Motozintla, Chiapas, indicó que trabaja en una jornada de ocho horas y antes de la pandemia su patrón le pagaba 200 pesos por vender la caja de kibis y empanadas; sin embargo, a raíz de la pandemia empezó a ganar 150 pesos, o sea un 25 por ciento menos.

“Yo me quedé sin trabajar cuatro meses, estuve en mi casa sin recibir ni un peso, de no ser por mis dos hijos, no hubiese tenido que comer en esos días”.

Plutarco actualmente vive con sus hijos y con el ingreso de los tres integrantes de la familia tienen que alcanzar a pagar los dos mil 800 pesos de renta, aunado a los servicios y despensa básica que compran cada quincena.

Así es como varias personas que se dedican a este oficio se la sortean todos los días vendiendo bajo del sol, con el riesgo de contagiarse, y luchando por salir adelante en medio de una crisis laboral, económica y sanitaria que ha dejado el 2020.

Por Diego Ramos

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