Habitantes de la comunidad de Nicolás Bravo, a través de la alcaldesa Marlene Reyes Velázquez y del delegado Leopoldo Santos Fajardo, solicitaron al Congreso del Estado de Quintana Roo que se realicen las gestiones que sean necesarias para habilitar y poner en funcionamiento su Hospital Comunitario, obra inconclusa desde la pasada administración de Roberto Borge Angulo. Los pobladores externaron su preocupación al no tener certidumbre de que la actual administración logre terminar el nosocomio, siendo una promesa que hizo en campaña el gobernador Carlos Joaquín González, aunque en 2022 concluirá su mandato y a la fecha no se ven avances de la obra. El escrito está dirigido a la diputada Linda Cobos Castro, en su calidad de presidenta de la Comisión de Desarrollo Rural y Pesquero y representante del Distrito XIV, que abarca la zona rural de Othón P. Blanco. En el documento presentado, los pobladores señalan que el hospital se encuentra sin habilitar, a pesar de que la obra se inició desde el año 2012, en el cual el ejido donó el terreno para su construcción. El nosocomio beneficiará a más 30 mil habitantes de 40 comunidades rurales de la zona, por lo que habitantes de Nicolás Bravo y poblados aledaños han demandado constantemente que se habilite este hospital, dado que inicialmente el proyecto del Hospital Comunitario contemplaba tener atención médica general, de urgencia, partos, área hospitalaria, pediátrica y odontología.
Antecedentes del Hospital
Fue el 11 de febrero 2012, cuando el entonces gobernador Roberto Borge anunció la puesta en marcha la construcción del Hospital Comunitario en la alcaldía de Nicolás Bravo, en Othón P. Blanco, con una inversión inicial de 12 millones de pesos. De manera global el nosocomio implicaba una inversión superior a los 30 millones de pesos y tendría servicios de urgencias y sala de expulsión, centro de equipos y esterilización (Ceye), áreas de consulta externa con seis consultorios, farmacia, gobierno, administración, dirección, trabajo social, tres camas de recuperación, laboratorio y otras instalaciones. La obra abarca dos mil 104 metros cuadrados de construcción; sin embargo, tras finalizar la administración 2011-2016 quedó inconclusa y abandonada, fue retomada por el actual gobierno de Carlos Joaquín como una promesa de campaña, pero 4 años han pasado de su mandato y el hospital sigue cerrado y en abandono.
CG