Luego de mes y medio de ascenso sostenido en casos de COVID-19 y muertes a causa del virus, el gobierno de Quintana Roo descendió a la zona Norte de la entidad en el color del Semáforo Epidemiológico, la cual pasó de amarillo a naranja, lo que implica disminución de la movilidad y mayores restricciones de aforo en comercios y hoteles; la parte Sur del territorio se mantiene en color amarillo.
La zona Norte está conformada por siete municipios: Tulum, Solidaridad (Playa del Carmen), Cozumel, Puerto Morelos, Benito Juárez (Cancún), Lázaro Cárdenas e Isla Mujeres; en estos lugares, a partir del lunes 25 de enero, el aforo deberá ser de 30 por ciento en playas y parques públicos, cines, teatros, centros comerciales, tiendas departamentales, casinos, peluquerías, servicios religiosos, inmobiliarias, manufactura y venta de enseres y equipo de cómputo.
Los servicios que podrán operar con capacidad normal son seguridad pública y las instancias que procuran e imparten justicia, así como las que realizan actividades legislativas, hospitales y servicios médicos; también comercios al por menor de alimentos, mercados de alimentos, supermercados, tiendas de conveniencia, abarrotes, tortillerías, bancos e instituciones financieras, pesca y agricultura, la industria de la construcción, al igual que bodegas y lavanderías, minería y purificadoras de agua.
El nuevo color del Semáforo Epidemiológico aplicará del próximo lunes 25 al domingo 31 de enero.
Los siete municipios que deben retroceder son los que han registrado mayor actividad económica y han desatendido las recomendaciones sanitarias para evitar la propagación del coronavirus, pues entre todos ellos sumaron dos mil 229 contagios del 1 de diciembre al 21 de enero de 2021, es decir el 71 por ciento de los casos positivos acumulados en ese mismo periodo en todo el estado. Las demarcaciones situadas en el sur de la entidad acumularon 911 contagios.
Solidaridad (Playa del Carmen), Benito Juárez (Cancún) y Tulum son los municipios que luego de las aglomeraciones por el Buen Fin y las fiestas clandestinas se mantuvieron lejos de la reducción de casos.
En cuanto a decesos, la parte norte de Quintana Roo sumó del 1 de diciembre del año pasado al 21 de enero de 2021 el 83 por ciento del total estatal, al reunir, entre los siete municipios, 195 muertes de las 233 acumuladas en ese lapso.
Este jueves el gobernador de Quintana Roo mostró el comportamiento de los contagios por municipio y reconoció que en la zona Norte ha ido con mayor rapidez que en el Sur.
Una situación causada por todos
En diciembre, sobre todo en los días correspondientes a las vacaciones decembrinas, las medidas sanitarias no fueron respetadas por la ciudadanía; trabajadores del sector Salud que atienden de manera directa a los enfermos de COVID-19, como es el caso de Mindi, enfermera de terapia intensiva, lanzaron llamados a los habitantes de Quintana Roo para que permanecieran en casa, pues luego del Buen Fin, el cual, por cierto fue ampliado a 12 días con la anuencia del gobierno federal, pues inició el lunes 9 de noviembre de 2020 y concluyó el 20 de ese mismo mes, empezaron a notar repunte en la hospitalización de enfermos de coronavirus.
En los barcos que cruzan a Isla Mujeres y Cozumel, todos los asientos iban ocupados, sin importar que el aforo tenía que ser de 60 por ciento, lo cual motivó que sólo en una ocasión las autoridades de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) actuaran y detuvieran a una embarcación que salía de Playa del Carmen hacia la “isla de las golondrinas”.
Mientras tanto, en las playas de Cancún los filtros sanitarios también se dejaron de vigilar; personal del Ayuntamiento dejó de llevar el control del aforo, de cuidar que los grupos de bañistas estuvieran formados por no más de cinco personas, que no ingresaran alcohol con el fin de que los turistas no relajaran las medidas sanitarias.
Hubo filas para ingresar a las plazas comerciales y supermercados, tiendas de ropa y restaurantes; los hoteles solicitaron permisos especiales a las autoridades de Turismo y de Salud para que en lugar de estar a 60 por ciento de ocupación pudieran llegar a 80 por ciento.
En los supermercados fue recurrente ver a madres y padres de familia discutir con los guardias de seguridad para que los dejaran ingresar con niños, aun cuando el acceso a menores de edad estaba restringido; muchos de los quintanarroenses también ignoraron el llamado a que sólo una persona de la familia acudiera a surtir la despensa y lejos de acatar el llamado, simulaban ser desconocidos afuera de la tienda, pero una vez adentro, se juntaban para la elección de víveres.
En la zona de antros de Playa del Carmen y Cancún, los centros de diversión lucieron llenos; sin importar el día, turistas y locales se divirtieron sin tomar en cuenta la Sana Distancia, el uso de protección en boca y nariz.
En Tulum el uso de cubrebocas fue nulo, además de que en contadas ocasiones las autoridades estatales y municipales intervinieron para detener fiestas clandestinas. Caminar por las calles y playas de ese destino era como estar en otro mundo, pues nada de lo que ocurría servía como recordatorio de que a nivel global se vive una pandemia.
En el servicio urbano, otro de los puntos de contagio, reconocido así por las autoridades federales de Salud, los conductores de los camiones y unidades tipo vans en Cancún permiten sobrecupo, sobre todo en los horarios de entrada y salida de los centros laborales.
CG