La zona costera de Tulum, también conocida como Zona Hotelera, fue elegida este año como uno de los Destinos que Marcan Tendencia, de acuerdo con TripAdvisor, la agencia on line más grande del mundo.
Esta vía, de 9 kilómetros de largo, que abarca desde el Parque Nacional de Tulum hasta el famoso arco maya, entrada a la reserva de la Biósfera de Sian Ka’an, concentra diversos giros de negocios, desde posadas, pequeños hoteles, hoteles boutiques, restaurantes, bares, cafeterías, farmacias, tiendas de ropa y prestadores de servicios acuáticos y en los últimos meses ha atraído la atención a nivel internacional por ser un destino de moda.
Sin embargo, a raíz de los hechos violentos registrados, sobre todo el del pasado 20 de octubre, cuando un enfrentamiento entre grupos rivales dejó a dos turistas muertas y a otros tres heridos, la ciudad refleja una cara poco conocida.
Negocios “muertos”
En un recorrido por esta área, que es el principal motor económico de la urbe, el corresponsal de Por Esto! constató clausuras y aseguramientos en varios negocios, algunos de los cuales datan de hace años.
En los 9 kilómetros de recorrido, hay hoteles, restaurantes y comercios como tiendas, farmacias y hasta un estudio de tatuaje con los sellos de la Fiscalía General del Estado (FGE), es decir, que están sujetos a procesos judiciales, o de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y hasta de la Dirección municipal de Medio Ambiente.
Estos últimos se deben a la construcción sin permisos en una zona de mangle y con especies enlistadas en la NOM-059 de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) como en peligro de extinción, así como por no respetar las condicionantes que emitió la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental, dependiente de este mismo organismo federal.
Desde la avenida Cobá, al Norte, hasta la avenida Kukulcán, recién abierta en el trienio pasado y más allá, las clausuras no pasan desapercibidas. Incluso sobre esta nueva vía, que conecta con la ciudad y que servirá para desahogar la carga vehicular, se realizaron suspensiones de proyectos condominales, turísticos y residenciales la semana pasada.
El Gobierno de Víctor Mas Tah generó controversia al probar un Programa Municipal de Ordenamiento Territorial, Ecológico y Desarrollo Urbano Sustentable (Pmotedus) sin tomar en cuenta a las autoridades de la Semarnat, quienes lograron echarlo atrás definitivamente en agosto pasado. Las clausuras son el reflejo de las acciones realizadas sin tomar en cuenta a la dependencia federal.
Deterioro urbano
Pero a los visitantes que pagan por estar en un destino de lujo no les importan mucho los negocios clausurados, porque hay otros cientos de lugares donde hospedarse, consumir y comprar, ni siquiera se preocupan por los hechos delictivos o por la fuerte presencia policíaca y militar en la vía pública.
Lo que en realidad molesta a los turistas es el deterioro de la avenida por la cantidad de baches y charcos de agua, así como el intenso tráfico de la Zona Hotelera, que los obliga a transitar a vuelta de rueda.
Se quejan de que el personal de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) no ha reparado la calle de Punta Piedra, deteriorada por las lluvias; también les desespera no encontrar estacionamiento, a pesar de ser temporada baja.
Aunque los visitantes conocen el problema de inseguridad del destino, algunos han visitado o provienen de otras ciudades con mayores índices de violencia y afirman que ésta afecta a cualquier sitio turístico; sin embargo, lo que no se han topado son los problemas que enfrentan en Tulum para poder desplazarse.
Respecto a la seguridad, el Alcalde Marciano Dzul Caamal, el Gobernador Carlos Joaquín y hasta el Presidente Andrés Manuel López Obrador coincidieron en que será reforzada, pero ninguno ofrece soluciones al problema de movilidad, el cual incide al momento de que los visitantes eligen dónde vacacionar.
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JCL