La familia Villanueva Cárdenas, originaria del poblado El Cedral, representará a la ínsula en el festival “Vida y Muerte” en la Riviera Maya, para la cual elaborarán más de 400 piezas del llamado“buliuá” o tamales de espelón y masa que se consumen en la región durante la celebración de los fieles difuntos.
María Guadalupe Cárdenas Valdés, descendiente de los primeros pobladores de El Cedral, por más de medio centenar de vida ha mantenido las tradiciones a través de actividades que ha transmitido de generación en generación con sus hijos Arminda, Patricia, Olda y Juan Antonio Villanueva Cárdenas, a través de la preparación de comida regional, no sólo para las fiestas de la Santa Cruz, sino también para conmemorar a los fieles difuntos.
Recordó que su padre, Alejandrino Cárdenas, y su madre, Olga Valdés, construyeron la choza donde hoy habita junto con sus hijos y nietos, mismos que se preparan año con año para la elaboración de los pib o “buliuá”, tradición que ha mantenido por más de 70 años, tiempo en que su madre fue rezadora oficial en el poblado, ubicado al Sur de Cozumel, actividad que ella continúo con su esposo, Raúl Adolfo Villanueva Alcocer, y que se replicó entre sus descendientes.
Además de las constantes visitas que han recibido en “La Casita del Cedral”, la familia entera viajará a la Riviera Maya, donde se sumarán al festival Vida y Muerte con la preparación de los platillos que habitualmente se colocan en el altar, para los fallecidos, incluyéndose los tamalitos conocidos como “buliuá”.
Para la elaboración de estos guisos, que se entierran para su cocimiento con brazas de madera, han adquirido todos los ingredientes como cientos de kilos de masa de maíz recién molido y más de 600 kilogramos de espelón, entre otros, pues deberán elaborar más de medio centenar de “buliuá”, además, durante su participación esperan compartir cómo ha sido la experiencia de mantener el arraigo de las tradiciones en el poblado El Cedral.
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JCL